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Cumbre de abuelos en Grado

La presentación del libro “Abuelísimos”, de Lorena Valdés, se convierte en un emocionante homenaje a las personas de la tercera edad

Los protagonistas de “Abuelísimos”, ayer, antes de la presentación del libro de Lorena Valdés en Grado. | O. L.

La portada de “Abuelísimos”, el primer libro de la periodista moscona Lorena Valdés, que ayer se presentó en un emocionante acto en la Casa de Cultura de Grado, es la foto de un tronco. Fue un regalo cargado de simbolismo que el arquitecto le hizo a su amiga la autora: el tronco, con mil heridas, es sin embargo pura entereza, pura tenacidad; es el tronco de la vida. Así son los abuelos que Valdés retrata en su libro, una treintena de perfiles de abuelos que se convirtieron en “abuelísimos” y, a la postre, en el auténtico tronco “que nunca se cae” de sus respectivas familias.

Todos los abuelísimos de “Abuelísimos” estuvieron presentes en el acto y todos recibieron un pequeño tronco como reconocimiento. Valdés quiso que la presentación del libro fuera un homenaje “que diera visibilidad” a todas las personas de la tercera edad. También –la residencia de mayores de Grado fue muy castigada por la pandemia– para recordar a todos los fallecidos por el coronavirus. En representación de los que fallecieron, y de quienes los cuidaron, ayer asistieron a la presentación Nuria Gil, directora de la residencia de mayores; la residente Isabel García y la directora del centro de día, Estrella Vega. Ellas recibieron un “tronco de honor”. El alcalde de Grado, José Luis Trabanco, se sumó a un acto que llenó la Casa de Cultura todo lo que la pandemia permite y que estuvo introducido por la periodista Raquel López Murias.

Lorena Valdés, a la izquierda, en la presentación de “Abuelísimos” en la Casa de Cultura de Grado.

“Abuelísimos” contiene verdaderas lecciones de vida, relatos de complicidades entre abuelos y nietos... todo con el estilo siempre chispeante y agudo que Lorena Valdés imprime a sus textos. El libro nació de la experiencia personal de la autora con sus propios abuelos, Jovino, Feli y Trini, cuyas albóndigas viven en su recuerdo como la suma de la perfección gastronómica y, a la vez, la partícula sobre la que gira y condensa todo un universo de cariño. “La enfermedad de mi abuela me enseñó lo desvalidos que están los mayores y también las condiciones tan duras que tuvieron que afrontar durante la pandemia, sin sus familias”, reflexiona la autora.

Los abuelos que aparecen en el libro de Valdés tienen “un extra” que los convierte en “abuelísimos”, a ellos “los nietos les hacen confidencias que nunca les harán a sus padres”. Pero no son simples consentidores: “Saben ponerte bien los pies en la tierra y, si hace falta, cantarte las cuarenta. Si un ‘abuelísimo’ te lo dice, ojito”.

La mayoría de los “Abuelísimos” son de Grado, aunque también aparecen otros de Candamo o Las Regueras. El libro se abre con la historia de José Luis Rodríguez Alberdi, maestro jubilado, que ha dedicado mil y un cuentos y poemas a su única nieta, Celia Grana. Valdés no quiere elegir a ninguno de los “abuelísimos” o, mejor dicho, los elige a todos por lo mucho que le aportaron durante las entrevistas: “Terminé muy agradecida. Charlar con ellos fue como recibir un chute de adrenalina; ver cómo disfrutaban con las sesiones de fotos”. Las imágenes de Óscar López, de producciones CM, y el atractivo diseño del estudio “Dislok2”, con espacio para que el lector pegue las fotos de sus propios abuelísimos, redondean el libro.

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