Unas gotas de agua bendita y la manzana –aunque en mosto– pasó de fruto proscrito en el Edén a llave del paraíso festivo en Villaviciosa. “Este festival descorcha el panorama de la localidad”, comentaba emocionado el alcalde, Alejandro Vega, uno más entre las muchas personas que participaron ayer de la bendición del mosto, acto central del Festival de la Manzana de Villaviciosa.
El bullicio reinaba en las calles de la localidad desde la mañana y en los bares y restaurantes no daban a basto. Así fue hasta las cinco de la tarde, cuando la Banda de Música de Villaviciosa comenzó a ensayar las notas que después acompañarían la danza. Mientras, los primeros vecinos llegaban a la plaza, provenientes del mercado situado tras la Casa Consistorial y los restaurantes de las calles próximas.
Villaviciosa estaba a tope y tanto los locales como los de fuera lo celebraban: “Hacía tiempo que no sentía esta alegría, es una maravilla, muy emocionante ver la localidad así”, subrayaba Gerardo González en la plaza donde después llegaría la virgen. Organizadores y conductores del evento aprovecharon para recordar la historia de tan simbólico festival, “emblema de la localidad”, como apostilló también el Alcalde.
Dos años habían pasado desde 2019, la última vez que la consejera de Educación, Lydia Espina, ◘natural de la villa, y la viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco, habían podido disfrutar del evento. Ayer regresaron. Espina, que es vecina, destacaba “la emoción de volver a ver la danza y el desfile de la virgen de La Portalina”. La vicenconsejera, por su parte, celebraba la vuelta de la normalidad, que “Asturias esté con una alta ocupación por el Pilar” y destacaba “lo importante de actividades así para desestacionalizar el turismo”. Ponía la guinda Alejandro Vega, que recordaba la intención del gobierno local de que el festival pueda ser Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Entre los participantes en la procesión y la bendición de la sidra se notaba la emoción. Sonaron gaitas y tambor y la imagen de la Virgen llegó escoltada a la plaza. Los cientos de presentes en los laterales echaron al aire pañuelos de colores “en representación de los claveles del cantar Villaviciosa Hermosa”.
La emotividad brotó de nuevo cuando los cuatro mayadores procedieron a machacar manualmente la manzana en lo alto de un trailer. Después salió el apreciado líquido: ”Saca el chorro más gordo para que puedan sacar fotos”, reclamaba uno de los presentes en el momento.
Tras unas cuantas complicaciones, consiguieron meterla en el pequeño barril que portaron al escenario principal el rey y la reina de la fiesta, Alberto Álvarez y Nuria Huerta. El párroco derramó el agua bendita y Huerta se arrodilló frente a la figura de la Portalina para pedirle “que riegue nuestras tierras con sus bendiciones”.
Ya con la sidra santificada, tocó la banda, cantaron el coro parroquial y la coral Capilla de la Torre y bailaron la Danza-Salve del Portal los miembros de la agrupación, dirigida por Ana María González. Fue un momento de gran intensidad, al que le siguió el desfile de vuelta a la iglesia.
Luego, la gente se fue a beber sidra, como había pedido el Alcalde, y hubo también festejo por recuperar la normalidad. Gracias a la manzana, que esta vez fue la llave de entrada al paraíso de la vida de siempre.
