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La quiosquera de la suerte está en Llanera

Desde el inicio de la pandemia, el Tutti-Frutti Mafalda lleva repartidos más de 200.000 euros en premios de lotería entre los vecinos

Beatriz Menéndez, en su establecimiento de Lugo de Llanera. | Inés Gago

–Será por contrarrestar tanta desgracia. No nos lo explicamos, pero estamos convencidos de que aquí va a caer un décimo de Navidad.

Beatriz Menéndez heredó el quiosco Tutti-Frutti Mafalda, en Lugo de Llanera, de su madre, María del Carmen Fernández, en 2018, cuando esta falleció tras una enfermedad. Lo había comprado hace treinta años, y era “su vida”, dice su hija. En todo ese tiempo, nunca habían tenido una racha de buena suerte tan larga: en un año y medio han repartido 208.000 euros en premios. Y, aunque ellos no perciben ninguna comisión, sí que tienen la satisfacción de haber hecho felices a los vecinos.

El último premio fue uno de los más gordos que repartieron en el último año y medio. Fue el primero de la Lotería Nacional del sorteo del sábado 2 de octubre y dieron 60.000 euros. “Por experiencia, quienes lo reciben no suelen identificarse, así que no tenemos ni idea de quien fue el afortunado”, cuenta la propietaria del establecimiento.

Desde marzo del año pasado han dado además un primer premio de la Lotería del jueves, que son 30.000 euros; tres segundos premios, que suman 6.000 euros, y un premio de la Bonoloto de100.000 euros. En total, 208.000 repartidos entre vecinos y allegados de Llanera. “Recuerdo que en 2010 mi madre dio un premio muy gordo. Pero no recuerdo racha de buena suerte como esta”, cuenta Menéndez.

María del Carmen Fernández fue la que puso en marcha el quiosco hace treinta años. “Lo abrió cuando ya me había criado a mí. Empezó con prensa y chuches, y luego salió a concurso lo de repartir Lotería y lo cogimos. Somos el único punto de venta en Llanera”, cuenta orgullosa.

María del Carmen le dedicó su vida a este negocio. Aunque se enteraba de todo lo que pasaba por la calle, era una persona muy discreta. Y, pese a tener una tienda de chuches, no era nada golosa. “Trabajaba todos los días, de lunes a domingo, porque todos los días hay prensa. Era su pasión”, rememora. Falleció por un cáncer, en 2018, y Beatriz, que era su única hija, heredó el local: “Me tocó de rebote, porque yo tengo otro trabajo, de administrativa. No sabía muy bien qué hacer con él. Pero decidí seguir. Ahora tengo dos empleadas, y, con esta racha de suerte, no me arrepiento”.

Cuenta que antes del covid llevaban un tiempo sin dar premios y que, en el caso del último, fue un vecino quien vino corriendo a decírselo, antes de que llamaran los de la administración de Lotería: “Vinieron muchos a felicitarnos y darnos la enhorabuena. Nosotras lo que queremos es seguir repartiendo premios. Estamos convencidas de que algún décimo de la de Navidad va a tocar aquí”.

Y Beatriz Menéndez, que a diferencia de su madre, sí que es golosa –le gustan todo tipo de chucherías– comparte las ganas de hacer felices a los vecinos de Llanera. “Hubiera estado muy contenta de ver esto”, dice en referencia a la fundadora del quiosco.

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