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Arte en Carreño con nombre de mujer

Cuatro féminas que desarrollan diferentes labores artísticas en el concejo coinciden: “Es una suerte trabajar en lo que te gusta”

Las participantes en el debate, durante su intervención. | B. G.

Para dedicarse al arte hay que tener vocación. Y mucha espalda ancha para aguantar carros y carretas. Son conclusiones a la charla que se llevó a cabo ayer en Llorgozana por cuatro mujeres emprendedoras en diferentes disciplinas artísticas que desempeñan sus trabajos, y sus modos de vida, en el concejo de Carreño. La ceramista Rita Prendes, la pintosa María Jesús Fernández y las creadoras de moda Laura Menéndez y Natalia Castro clausuraron con esta conversación en clave femenina y rural, porque algunas de ellas se desempeñan desde parroquias del concejo, los actos que rodearon al Día de la Mujer Rural.

Las cuatro empezaron en el mundo de las artes empujadas por intentar dar un cambio de aires o simplemente porque era lo que les apasionaba y se volcaron en sus diferentes hobbies, de los que ha surgido su manera de ganarse la vida. La más veterana de las ponentes era Rita Prendes, reconocida ceramista del concejo, que explicó como se lanzó a la aventura: “Mi primer contacto con la cerámica fue casual, con mi marido trabajando en San Antolín de Ibias, una chica fue a dar un curso y se me metió en vena. Hice varios cursos para aprender y resulta que ahora los imparto. Es una suerte trabajar en lo que te gusta”.

La última en llegar al emprendimiento en el mundo rural es Natalia Castro, que desde Perlora realiza moda con materiales sostenibles y que tiene un momento grabado a la hora de lanzarse a emprender hace dos años y medio: “Un día fui a comprarme una falda, me quedaba pequeña y la siguiente talla me quedaba grande. Siempre tenía que andar retocando toda la ropa hasta que empecé a hacerlo yo y me empezó a gustar”. Castro consiguió darle un giro hacia la sostenibilidad y hacer de su pasión su modo de vida: “Evolucionamos hacia lo sostenible aunque falta concienciar mucho. Para mí es una pasión. Acuesto a las niñas y marcho al taller y cuando me doy cuenta vuelvo y ya pasa de la medianoche. Tengo la suerte de trabajar en lo que amo”.

Los asistentes al acto, que llenaron la sala. |B. G.

Laura Menéndez es una joven de Carreño que dejó su carrera en el mundo de la comunicación para dedicarse a tejer. Así, como suena, pero desarrollando a partir de ahí toda una serie de líneas de trabajo. Ha creado un grupo de fieles alumnos que no fallan en las clases que ella imparte, diseña patrones e incluso vende materiales. Todo desde la parroquia de Carrió, con importantes dilemas a la hora de emprender: “Siempre fue un hobby y nunca pensé que podía ser mi salida profesional. Hubo gente en mi familia que no quería saber nada. Me costó explicarlo. Tejer nunca fue considerado un arte, aunque yo veo abuelas tejiendo que me parece magia”.

Unos mundos en los que a veces han tenido que luchar incluso ante desigualdades de género, como en el caso de María Jesús Fernández, candasina y pintora: “El del arte es un mundo elitista y machista en el que no se valora igual a la mujer que al hombre. Un coleccionista prefiere comprar siempre un cuadro a un hombre. Si hay exposiciones colectivas en las galerías, únicamente hay una mujer o dos”.

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