La carcoma ha invadido las estructuras de la Iglesia de Santa Eulalia de Cabranes, que data del siglo XV y está edificada sobre los restos de un antiguo templo románico. Desde hace varios meses, el edificio se encuentra apuntalado y acordonado en varias zonas, para evitar problemas de seguridad para los feligreses, pues se han seguido ofreciendo servicios religiosos.

Según explica el párroco de Cabranes, Israel David, actualmente se está realizando una primera fase de estudio de la situación en la que los técnicos valorarán el alcance de los daños para decidir “si es mejor cambiar las vigas afectadas”. El sacerdote añade que, por el momento, se está aplicando un tratamiento de inyección y proyección en las partes más dañadas, como paliativo hasta que el estudio esté finalizado.

La iglesia, perteneciente a la comunidad del Lumen Dei, cuenta con tres zonas en las que la infestación de la carcoma “se encuentra activa y de manera generalizada”, que son el cabildo, el almacén y el interior del templo, según el informe técnico. La peor parte se la lleva la zona de almacenaje, donde “determinadas vigas maestras de la misma cuentan con un déficit de resistencia causado por el desgaste ocasionado por la acción de la carcoma”, refleja el informe, a lo que se añade que “el tratamiento no solucionará el deterioro estructural que aparentemente existe.

En la parte del cabildo, los técnicos indican que “se encuentra con elementos estructurales bastante afectados, pero que se pueden tratar”. Por último, del interior de la iglesia señalan que “la tarima de la zona del coro y las escaleras están afectadas”, aunque la tarima “se puede tratar sin ningún problema”, pero las escaleras tienen un acabado con poro cerrado, “por lo que sería necesario decaparlas antes de realizar el tratamiento”.

La empresa encargada de elaborar el informe técnico ha presupuestado para el Arzobispado de Oviedo estas primeras intervenciones necesarias en 8.000 euros.