Más de tres años. Ese el tiempo que lleva en venta el palacete de La Piniella que la familia Franco posee en Llanera. La propiedad, puro lujo construido sobre un terreno de 90 hectáreas, salió a la venta con un precio inicial de 5 millones de euros. Ahora, tres años después, se vende por un pellizco menos, 3 millones de euros.

Tal y como reza el anuncio de venta de la propiedad, publicado en un conocido portal inmobiliario, se trata de una casa de planta rectangular con 360 metros cuadrados, dos pisos y bajocubierta. Cuenta con siete habitaciones, seis baños, terraza y trastero. Proponen su uso para hotel, casa rural, lugar de convenciones y para la celebración de banquetes.

En la vivienda de La Piniella veraneó durante toda su infancia Carmen Polo -el palacete lleva desde el siglo XVII en manos de la familia-. Allí, "entre praos y monte", donde su familia escapaba del calor de Oviedo, la que luego sería señora de Meirás jugó e hizo buenas amistades. También veraneó junto a Franco y su hija, Carmen. De hecho, los vecinos de la parroquia aún recuerdan las que se formaban en Llanera cuando la familia del Generalísimo venía a pasar unos días: se arreglaban y limpiaban los caminos, se multiplicaba por infinito la presencia de fuerzas de seguridad, se sacaba a los niños a la calle para cuadrarlos ante la comitiva del Caudillo y se izaban banderas de España por todas partes.

Tras la muerte de Carmen Franco, la única hija de Francisco Franco, los siete nietos del dictador decidieron ponerla a la venta. Los vecinos entendieron la decisión como "normal", ya que aseguran que la familia del exdictador no se deja ver por Llanera. De eso hace ya tres años y, visto lo visto, no han tenido suerte.