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La cartera centenaria de Quirós

Teresina Álvarez, popular quirosana que repartió cartas durante décadas, cumple 100 años: “Qué agradecida estoy”

Teresa Álvarez, junto a su sobrina Isabel, el día de su cumpleaños. | R. F. O.

“Mucho trabajo y poco dinero”. Así recuerda Teresa Álvarez Valdés su duro trabajo como cartera rural en el concejo de Quirós durante décadas. Ahora ya es, de largo, la cartera más longeva del municipio, tras haber cumplido el pasado fin de semana un siglo de vida rodeada de familiares y amigos en su casa de Pontonga. Su “aversión” a los cumpleaños hizo que su centenario fuera disimulado como una celebración de santo. Y la homenajeada se animó cantando el himno de Asturias y trozos de otras canciones. Probablemente en la actualidad sea la abuela de Quirós.

Teresa Álvarez, con un ramo de flores en su casa de Pontonga. | R. F. O.

Teresa fue la menor de siete hermanos. Sus primeros momentos de vida fueron complicados por su escaso peso. De hecho, fue bautizada rápidamente ante el temor por su vida. Pero qué equivocada apreciación a razón de su posterior larga existencia.

“Teresina”, como se la conoce habitualmente, nació un 29 de octubre. Asistió a la escuela de Santa Marina y de Bárzana. Su padre, Telesforo, maestro, era jefe de estación del tren minero quirosano. La ahora centenaria conoció el auge del concejo, con seis mil habitantes, cientos de mineros, un tren carbonero y decenas de cables aéreos. En su pueblo de Santa Marina había un chigre en cada casa y cualquier espacio era un negocio. En aquel año de su nacimiento, 1921, España estaba conmocionada con el Desastre de Annual, en la guerra de Marruecos, donde doce mil soldados españoles fueron masacrados. La monarquía de Alfonso XIII y el Gobierno se tambaleaban. Venían al mundo los actores Lana Turner, Peter Ustinov, el científico ruso Andréi Sajarov o el director de cine Luis García Berlanga.

En el próspero Quirós la vida era dura pero tranquila. Teresa ejerció de cartera rural durante tres décadas. Su familia tenía el depósito de las cartas de la mitad sur del concejo. Aún hoy recuerda quiénes eran los demás carteros que repartían la correspondencia que recogían en su cartería. Cientos de cartas que traían noticias cuando la información llegaba a cuentagotas de Europa y América. Ella también viajó por México a conocer a sus sobrinos y Europa. El Ayuntamiento de Quirós le concedió la Medalla de oro del concejo el año pasado, reconociendo su gran trabajo como cartera rural. Este mes de octubre se la distinguió también como mujer rural del año, entregándole varios presentes. Teresina vivió con alguno de sus hermanos, solteros como ella. “Mi hermano Antonio arreglaba las lámparas, era lampistero”, narra con fina voz. Devota de la Virgen de Trobaniello, era frecuente verla subir andando a la ermita ya con casi noventa años. En la fiesta de su cumpleaños cantó un trozo de una canción dedicada a su querida patrona.

Durante la celebración de su centenario agradeció todos los regalos y la alegría se tornó en canto. “Qué tarde tan agradable y qué agradecida estoy a todos”, eran sus palabras más repetidas ante continuas visitas, que disfrutó comiendo bizcocho y con sidra dulce casera. Su historia es la de una mujer fuerte que supo lidiar con la vida.

Ahora, en compañía de sus dos sobrinas, Ana e Isabel, el marido de esta, José María, y con su cuidadora rumana, Dolores, disfruta de las pequeñas cosas, sumando días a su larga vida. Un siglo nada menos y nada más para la cartera centenaria de Quirós.

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