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El Museo de la Sidra sopesa un cambio tarifario para incrementar la recaudación

La propuesta consiste en subir un euro, hasta los cinco, el precio del pase sencillo para adultos y fomentar con rebajas la afluencia de grupos

Una de las atracciones del Museo de la Sidra. | Sara Arias

El Museo de la Sidra de Asturias, en Nava, sopesa una modificación tarifaria para contribuir a la financiación de los 875.000 euros en que está presupuestado el plan de reactivación del equipamiento, inmerso desde hace años en una clara tendencia a la baja en el número de visitantes y en una crisis económica que a punto estuvo de desembocar en su cierre. Con el paquete de actuaciones que están previstas en el documento para el relanzamiento de la instalación durante el periodo 2021-2024, elaborado por la consultora DEX y cuyas líneas generales ya han sido adelantadas por LA NUEVA ESPAÑA, se prevé incrementar el número de asistentes en un veinte por ciento en el segundo año y en un quince por ciento en el tercero, aplicando un incremento de un euro en la entrada normal de adulto, de forma que quede en cinco euros, pero incluyendo en ella una degustación gratuita de sidra.

El nuevo modelo tarifario incluye, además de la subida de la entrada normal de adulto, reducir a quince el número de personas necesarias para considerar que se trata de un grupo, incluyendo todas las edades, para que se beneficien de descuentos adicionales de un euro para adultos y de 0,50 para jóvenes y niños.

Aunque el Museo de la Sidra está regido desde su inauguración, hace 25 años, por el patronato de su fundación, en el que tienen cabida otros ayuntamientos y entidades públicas y privadas de la región, el equipo de gobierno naveto, liderado por el socialista Juan Cañal, se ha puesto en primera línea para sacar del ostracismo un museo que apenas ha renovado sus recursos y colección expositiva desde que fuera inaugurado por el entonces Príncipe Felipe de Borbón.

En 2019, último año de funcionamiento normal, la instalación tuvo algo más de 17.000 visitas. Se trata de una cifra que nada tiene que ver con las 40.000 que alcanzó en 2007, pero que sí mejora el mínimo de 13.000 tickets vendidos en 2018, momento en el que se puso sobre la mesa hasta la propia pervivencia de un museo que trata de resurgir como eje principal de la candidatura de la cultura sidrera a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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