Rafael Junquera García, primer alcalde de Noreña en la etapa democrática, ha fallecido a los 79 años tras una enfermedad. El Ayuntamiento de Noreña ha decretado tres días de luto oficial. Las banderas de la Casa Consistorial y los edificios municipales onderán a media asta, se suspenden todos los actos protocolarios e institucionales y se colocarán crespones negros en las dependencias municipales, avanzó ayer el gobierno local a primera hora de la tarde.

Rafael Junquera fue elegido para ocupar el cargo entre los años 1979 y 1983, por la Unión de Centro Democrático (UCD), pero lo dejó a mitad del mandato. Anteriormente ya había tenido el mismo puesto. “Fueron años duros, porque se llevaban al pleno asuntos de índole personal. Primero dimitió él, y yo después. Aguantamos lo que pudimos”, relata el recién nombrado hijo predilecto de la Villa Condal, Florentino García Fombona, Tino Fombona, que estuvo con él, de número dos en el partido, durante esos primeros años de democracia. Tras Junquera accedió al cargo Aurelio Quirós, que estuvo 25 años consecutivos como regidor de Noreña.

Vida pública

Aunque salió del cargo, Junquera nunca se alejó de la política. Lo compaginaba con su vida profesional. Había estudiado la carrera de judicatura, y además, tenía en El Berrón varios negocios. Fue presidente de la junta local del PP de Noreña hasta el 2008, cuando que le sucedió Miguel Ángel Fuente Calleja.

“Fueron años muy buenos. Yo empecé cuando él estaba en el partido y siempre tuvimos buena relación, después, a lo largo del tiempo, también. Siempre fue una persona muy dispuesta, muy alegre y que animaba mucho a los jóvenes a participar”, cuenta María José Roces, miembro del Partido Popular de Noreña.

Rafael Junquera, “Falito”, como le conocían cariñosamente, después pasó a la formación Foro Asturias y después abandonó ya definitivamente la vida pública. “Estaba muy preparado, y tenía conocimiento de cómo funcionaba el Ayuntamiento, con mucho interés por Noreña. Era serio, competente y muy trabajador”, rememora Tino Fombona.

“Yo solo quiero recalcar que fue el primer alcalde de la democracia y que, por supuesto, como cualquier cargo público que dedica parte de su vida a trabajar por el municipio, es digno de respeto, y el nuestro, el de Noreña, por supuesto que lo tiene”, señaló la actual alcaldesa, Amparo Antuña.