Un cable de fibra óptica pasa por delante de sus domicilios, pero, sin embargo, ellos continúan con “el internet rural de un mega”. O, en el caso de los mejor parados, con una parabólica que les da una señal algo mejor. Algunos teletrabajan, otros estudian y muchos simplemente quieren poder permitirse el placer “de ver Netflix”. Unos 300 vecinos siguen perplejos viendo el cable pasar junto a sus terrenos y, sin embargo, “ninguna operadora se ha puesto en contacto para ofrecernos el servicio”. Urgen a estas que lo hagan, ya que desearían no tener que esperar a la llegada de los planes regionales, con vistas al año 2025, para contar con banda ancha.

Los problemas de conectividad, en la zona, según explica Gabriel Menéndez en representación del resto de vecinos, vienen de siempre. Sin embargo, en el pasado mes de julio un cable tendido por la zona alimentaba la esperanza de que el fin de los problemas estaba cerca. “Veíamos que había una empresa colocándolo. No sabíamos lo que era, preguntamos a los operarios y nos comentaron que era la fibra”, rememoran. Por entonces pensaban que “en un mes estarían picándonos a la puerta los de la compañía para ofrecernos el enganche”, añade.

Sin embargo, pasó el tiempo y se acumularon las llamadas telefónicas de los vecinos a las operadoras en busca de explicaciones. “Era complicado hablar con ellas, saber de quién dependía. Al final sabemos que lo puso una de ellas y que da servicio a una única vivienda”, lamentan.

A la vista de la situación, entienden que lo más lógico es que la operadora se pusiera ya en contacto con los vecinos: “Seríamos muchos los que nos haríamos clientes. Hablamos de más de 300 personas”, destacan los residentes.

No desean esperar a que se tenga que poner otro cable de fibra como parte de los planes de expansión de la banda ancha que maneja el Principado, para que puedan contar con un mejor servicio. “No queremos, ni podemos, estar esperando hasta 2025 cuando tenemos una opción muy fácil”, indican.

Entre las afectadas, está la veterana Covadonga Bode, que ve como en su casa, con el servicio que tienen, no les da. “Si se ponen dos personas a la vez a intentar teletrabajar, no hay manera”. Es precisamente, la generalización del trabajo desde el domicilio, a raíz de la pandemia, algo que destacan los habitantes de la localidad. Allí, muchos, realizan al menos parte de su labor profesional desde casa. Mismo problema que tienen los jóvenes que están estudiando.

La cosa no acaba ahí. Además de la vida profesional, la ausencia de banda ancha también dificulta cualquier tipo de ocio que tenga que ver con el uso de internet. “No podemos ni ver Netflix”, relata Jony Fernández, en relación a la posibilidad de acceder con facilidad a la conocida plataforma que ofrece multitud de contenidos de cine y series.

La situación resulta paradójica no solo por contar con un cable que solo da servicio a una vivienda, sino porque no se haya contado incluso antes con la alta velocidad de internet. “Estamos en pleno centro de Asturias, a quince kilómetros de Oviedo. No es normal que nos falte”, valora Ana Fernández. Mantienen todos ellos la esperanza de que la operadora de la línea acabe decidiéndose por ponerse en contacto con ellos en próximas fechas y el calvario con la velocidad de internet se acabe.

La idea que maneja el gobierno del Principado es que la banda ancha llegue casi al 100 por ciento de los asturianos, quedando únicamente 800 casas en toda Asturias una vez completado el despliegue.

El proyecto para mejorar las telecomunicaciones y la conectividad en Asturias –fundamentalmente en las zonas rurales– denominado “Unico” y que fue presentado precisamente este sábado en Siero, actuará en algo más de 9.000 puntos de la práctica totalidad de concejos. El sierense será uno de los más beneficiados: cuenta con 770 puntos de actuación, que alcanzarán a unas 2.700 viviendas dispersas por todo el municipio.

Anes, San Miguel, El Cuto, Bobes, La Paranza, Limanes y Santa Marina, entre otros más despoblados, serán algunos de los núcleos incluidos en este plan autonómico.