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La alcaldesa de Carreño perderá la cuestión de confianza, avisa la oposición

“No se puede estrangular a un Ayuntamiento; el concejo no merece parar todo el presupuesto por oportunismos políticos”, dice Amelia Fernández

Amelia Fernández, alcaldesa de Carreño.

“No se puede estrangular un Ayuntamiento por intereses partidistas. Carreño no se merece parar todo el presupuesto por oportunismos políticos y pretender, negando el voto, que no prospere el concejo”, dijo ayer la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, en relación a lo sucedido en el pleno de este pasado jueves. Tras no contar con el apoyo de la oposición para aprobar los presupuestos municipales, Fernández anunció que se someterá a una cuestión de confianza. Si la supera, se entiende que los grupos deben respaldar las cuentas. Si no, se abriría un periodo de un mes para que estos planteasen una alternativa a la Alcaldía y, por tanto, a la formación de un nuevo gobierno. La oposición, por su parte, afirma que no va a modificar su posición, con lo que el panorama que se abre para el municipio resulta más que incierto en este momento.

El pleno extraordinario en el que ha de votarse la cuestión de confianza es el martes. Y el mecanismo por el que ha optado la regidora tiene muchos riesgos. Pero ella insiste en defender la posición adoptada. “Se da a los grupos una nueva oportunidad para aprobar estos presupuestos o de lo contrario para presentar en un mes una moción de censura con una alternativa y demostrar que su no responde simplemente a que estén instalados en el no y que realmente tienen propuestas”.

Con todo, a la vez aún tiende un último guante al entendimiento: “Emplazamos a todos los grupos a hacernos llegar cualquier propuesta que pueda llevar a que los presupuestos municipales se aprueben por la vía ordinaria. Les pedimos una vez más colaboración a la oposición, que sean claros, que sin duda estudiaremos sus peticiones si nos las concretan. Lo único a lo que no estamos dispuestos es a tener un Ayuntamiento maniatado”.

El espíritu de cordialidad que había reinado entre las fuerzas del Ayuntamiento de Carreño durante la pandemia a la hora de debatir y aprobar los presupuestos de 2020 y 2021saltó por los aires esta semana. O ya en los días anteriores. El equipo de gobierno dibujó un documento que comenzó a desgranar hace unas semanas, buscando el apoyo de al menos un grupo más en el consistorio carreñense. Izquierda Unida y Somos salieron al paso de inmediato, anunciando de manera rotunda su postura negativa a la aprobación. El PSOE se quedó entonces con la única opción de buscar el apoyo del PP, algo que intentó hasta última hora, pero tampoco llegó ese voto favorable. En ese punto, asumiendo que los presupuetos iban a ser rechazados se planteó una solución de emergencia, por la que se optó. Vincularlos a una cuestión de confianza. Un movimiento complejo, pero que ofrece al equipo de gobierno dos intentos más para que el documento salga adelante y no tener que abordar el año 2022 con un presupuesto prorrogado. La contrapartida podía ser gravosa, nada menos que perder la Alcaldía.

Así pues, el próximo intento será el martes en pleno extraordinario. Si alguno de los grupos de la oposición deposita su confianza en Amelia Fernández, esa confianza se materializará con la aprobación presupuestaria. Si por el contrario, como han anunciado los tres grupos, no se demuestra esa confianza, se abre un período de un mes para que la oposición presente mediante una moción de censura un candidato a la Alcaldía de Carreño. Parece difícil que ese movimiento también pueda darse, debido a la distancia entre posiciones de los grupos de la oposición. Trascurrido ese mes, si no saliese candidato, el presupuesto saldría aprobado y seguiría adelante.

La cuestión de confianza es un mecanismo arriesgado, que puede ser utilizado exclusivamente vinculado a una serie de asuntos de importancia capital para las instituciones, en este caso, el presupuesto para un Ayuntamiento. No hace falta ir muy lejos, eso sí, para encontrar una situación parecida y que salió bien para el equipo de gobierno que apostó por ello.

En Avilés, Mariví Monteserín acudió a una en 2016 y a otra en 2018 buscando en ambas la aprobación presupuestaria y en ambas la consiguió. En la primera se cambió la opinión y sacó mayoría y en la segunda se agotó el mes posterior sin moción de censura por parte de las otras fuerzas.

Parece pues que el mecanismo le podría funcionarle al equipo de gobierno, pero tendría que esperar al mes posterior. Los tres grupos de la oposición han salido al paso anunciando que no darán su confianza a la Alcadesa. Izquierda Unida es claro en su postura: “En un nuevo acto de irresponsabilidad, la Alcaldesa ha puesto sus intereses y los de su partido por delante de los del concejo. Su proyecto de presupuestos no se aprobó porque todos los grupos de la Corporación saben que el PSOE miente y ya no engaña a nadie. Estamos hartos de promesas incumplidas”.

IU pide incluso la dimisión de Amelia Fernández: “La Alcaldesa debería dimitir, no someterse a una cuestión de confianza. Nosotros no otorgaremos nuestra confianza a quien no la merece”. También tildan las maniobras del gobierno socialista de “chantaje”: “Los socialistas han intentado someter a los demás grupos a un chantaje diciendo que si no se aprueban los presupuestos se perderán las subvenciones. Queda un año para las elecciones y los socialistas fuerzan la máquina para hacer campaña con el dinero del Ayuntamiento”.

El PP también ha confirmado que no cambiará el voto: “Vamos a votar en contra de la confianza. Si el Ayuntamiento de Carreño no tiene presupuesto y tiene que plantearse una cuestión de confianza es por su mala gestión”. Unos presupuestos, según los populares, condicionados por el poco margen a la negociación: “Desde hace muchos años la izquierda en este concejo es incapaz de ponerse de acuerdo porque están enfrascados en una guerra altamente destructiva para el concejo por hacerse con la Alcaldía o mantenerse en ella. Estos desencuentros están en la base de que año tras año se presente un documento presupuestario altamente controlado por el equipo de gobierno”. Unos desencuentros también con los populares que invitan a pensar en la dificultad de que prospere la moción de censura: “No nos la planteamos”.

El grupo Somos Carreño también mantiene la línea: “Nuestra posición seguirá siendo la misma. Es fruto del desencuentro en materias centrales. No hacemos más que constatar una contraposición entre nuestro modelo de concejo y la ausencia del mismo por parte del PSOE”.

La opción de que el presupuesto acabe aprobándose el 6 de mayo, tras el mes posterior a la cuestión de confianza que no será respaldada, toma fuerza y hace que sea la posibilidad más tangible.

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