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Meli Láiz, la chica yeyé de Candás

La artista alcanzó la fama musical en los años sesenta, pero su carrera se difuminó tras participar en el Festival de Benidorm: “Optó por la familia”, desvela su hijo

Meli Láiz cuando triunfaba en el mundo de la música. | Reproducción de Borja García

Meli Láiz fue el nombre artístico de María Amelia Láiz García. Esta candasina nacida en 1940, en plena posguerra, intentó hacerse un hueco en el mundo de la música y lo consiguió. Siendo poco más que una adolescente hizo las maletas y se fue a Madrid, donde progresó como artista pop hasta llegar a participar en el Festival de Benidorm y en el Certamen de la Canción en los años sesenta. Editó dos discos y estuvo de gira por España, incluyendo conciertos en la sala Acapulco de Gijón y también en el Teatro Prendes de su villa natal. Sin embargo, a mediados de la década yeyé, su carrera musical se desvaneció, al tiempo que se perdía toda referencias sobre la carrera y la vida de una cantante de reconocido prestigio a nivel nacional.

Carátula de un disco de Láiz. | Reproducción de Borja García

LA NUEVA ESPAÑA ha localizado a su hijo, Manuel Bernardo, residente en Madrid, quien tiene la explicación para la abrupta desaparición de Meli Láiz de los escenarios y de los estudios de grabación. “El mundo de la música era complicado y optó por la familia”, explica. Aunque pocos la recuerden ya, la retirada artista continuó acudiendo a Candás, donde dejó familia. Falleció en 1997 y descansa en el cementerio municipal de la capital carreñense.

Carátula de un disco de Láiz. | Reproducción de Borja García

La infancia de Meli Láiz no fue nada fácil. A la dificultad de nacer solo un año después del final de la Guerra Civil se le añadió el haber sido hija de madre soltera, algo que le generó una coraza de auténtica luchadora. Se crió con sus primas en una casa del barrio de La Matiella, hasta que, a finales de la década de los cincuenta, decidió poner rumbo al sueño de la capital. Llegó a Madrid y apostó por la canción. En Asturias había comenzado su formación musical de conservatorio y en la capital siguió en esa misma dirección. Pese al éxito logrado, nunca se olvidó de su Candás natal. Todos los veranos volvía a Carreño, a la villa o a Albandi, para visitar a las primas con las que se había criado y a las que siempre consideró unas hermanas.

La artista cuando ya se había retirado. | Reproducción de Borja García

Fue con llegada de los años sesenta cuando Meli Láiz alcanzó al culmen de su carrera. Participó en el Festival Internacional de Benidorm, en el Certamen de la Canción de Madrid y editó dos discos. Todo ello le llevó a ofrecer conciertos en numerosas ciudades de España. La contraportada de su primer disco deja claro el estilo de la artista candasina: “Su exquisito gusto para la interpretación del género moderno muy pronto interesó a importantes casas grabadoras de discos. Una prueba de ello se la ofrecemos en la interpretación de las melodías impresas en este disco. Sueñen con la dulce voz de Meli Láiz”. El rastro actual de su obra es escaso. Se limita a un par de canciones en Youtube y a referencias muy puntuales en internet.

Meli Láiz.

De hecho, en el afán por saber algo más de ella, su hijo trata de aprovechar cada oportunidad que se le presenta para recabar algo más de material sobre su trayectoria.

“Mi madre siempre mantuvo la relación con Asturias. Siempre íbamos a pasar unos días. Y ahora yo también. Son mis raíces, me considero un poco asturiano”, señala Manuel Bernardo, quien, al igual que su hija, la nieta de Meli, suele escaparse cada cierto tiempo desde la capital de España a Candás.

La carrera de Láiz decayó a causa de las dificultades inherentes al mundo del espectáculo. Lo intentó hasta el último momento, incluso con el apoyo de su marido, con el que se casó en 1968 y que hizo las veces de productor, pero la familia se acabó imponiendo. “Era un mundo muy complicado y lo acabaron dejando como decisión de familia. Implicaba mucha exclusividad, dejar a los suyos para poder ir de gira...”, señala su hijo.

A partir de ahí, la vida de Meli Láiz transcurrió en Madrid. Trabajó como auxiliar de enfermería en el hospital de La Paz y llegó a hacer las Américas. En los setenta estuvo tres años en Paraguay junto a su marido, donde abrieron un negocio de comida española. Fue allí donde nació su único hijo, Manuel, que ahora continúa la vena musical de la familia. “Toco en una banda de fusión y estudié música. Dimos algún concierto... Conozco el sector un poquito. No me dedico profesionalmente a ello, pero sí como afición. Mi hija también estudia música y toca el piano”, asegura.

La reivindicación del legado de Meli Láiz hace que Manuel Bernardo ande dándole vueltas a uno de los últimos proyectos de la artista, del que solo tiene vagas referencias. “Era sobre las rimas de Becquer, un proyecto muy raro con una revista en la que cantó las rimas con unos arreglos. No sé siquiera si se llegó a comercializar”, apunta el hijo de una candasina de nacimiento y corazón que tocó el cielo de la música y decidió dejarlo todo para centrarse en su familia.

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