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“Qué lujo”, dice el actor José Sacristán sobre el Aula de las Metáforas de Grado

“Es un lugar donde se toca y se agita la esencia de la naturaleza de mi oficio”, afirma el intérprete al recibir el premio de la Fundación poética

Por la izquierda, José Luis Trabanco y José Sacristán. | S. Arias

“Me siento muy emocionado por recibir un premio en un lugar como éste, donde se cultiva, se protege, se alienta, se toca y se agita la metáfora que es la esencia misma de la naturaleza de mi oficio”. Así agradeció el actor José Sacristán el premio de la Fundación Aula de las Metáforas que recibió este miércoles en la Casa de Cultura de Grado. Un acto vibrante y emotivo en el que los vecinos de la villa moscona arroparon masivamente al genial actor español, que brindó la lectura de poemas de Federico García Lorca, José Hierro y Fernando Beltrán, este último presidente de la entidad organizadora. Además, Sacristán compartió varias anécdotas y recuerdos de su vida.

Lo hizo en una conversación con el periodista Jesús Marchamalo en la que repasaron sus recuerdos de infancia en Chinchón, cuando el oficio de actor comenzó a hervirle el corazón y la poesía, con los fandanguillos que le cantaba su madre, se convirtió en una de sus pasiones junto a la música. Un sombrero y un libro de Pinocho, las plumas de gallina que se ponía para hacer de apache o los domingos en el cine, “en el delantero de gallinero, siempre entre la butaca 1 y 3” fueron algunas de las historias que relató. Una infancia que sigue presente en el actor, quien reconoció tener mucho respeto al niño que fue. “Tengo memoria y no quiero perderla”, dijo.

Después, Sacristán recibió el premio, una escultura de Pep Carrió, que le entregó el alcalde, José Luis Trabanco, junto con la concejala de Cultura, Elsa Suárez, quien dio una emocionada bienvenida al actor al inicio del acto, de quien destacó su capacidad para “ser intergeneracional”. También valoró su compromiso social y político “siendo un ciudadano comprometido, reivindicativo y rebelde con todo lo que sucede”.

Sacristán, a su llegada al acto de Grado. | S. A.

“Es la primera vez en mi vida que veo una concejala emocionada”, bromeó Sacristán, también conmovido por las palabras de la edil moscona. También por el abrigo que le dieron los vecinos, quienes llenaron la Casa de Cultura y la capilla de Los Dolores, donde se retransmitió el acto en directo. Por ello, el actor aseguró que quiere permanecer cerca del Aula de las Metáforas. Un espacio poético que visitó antes de la ceremonia y que le dejó asombrado. Qué lujo”, sentenció.

También recorrió el casco histórico moscón con parada delante de la placa que recuerda el paso de la compañía “La Barraca” de Lorca por Grado en 1932. “Aquí tienes a los nietos y bisnietos de aquellos que llenaron la plaza una tarde de 1932”, le dijo Beltrán. El premiado se interesó también por los asuntos locales como la exhumación de la fosa de El Rellán, con víctimas del franquismo, donde se han recuperado treinta cuerpos.

Y el destino quiso traerle un bonito recuerdo del pasado de su juventud. El salense, Javier F. Granda, le mostró una fotografía de su padre y Sacristán lo reconoció al segundo: “Compañeros de la mili en Melilla”, afirmó con acierto. Compartieron algunas anécdotas y Granda le regaló un libro de fotografías sobre la historia de Salas que editó en 2019.

Todo fue emocionante y, casi se podría decir que mágico, porque la voz de Sacristán elevando los versos de los poetas dejó al público en un silencio concentrado que solo se rompió para despedirle con un gran aplauso.

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