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Calabaza de récord en Villaviciosa: una pieza de 136 kilos que "tapa a un paisano"

"Es fruto de la constancia", dice Heber Arenas, que la cultivó en su huerto de Llavares, en Amandi

Heber Arenas, aficionado a la huerta maliayés, acaba de conseguir su sueño como "cosechero autodidacta" de calabazas. En su huerto de Llavares, en Amandi, acaba de recolectar un ejemplar que pesó en báscula nada menos que 136 kilos. Mide 218,5 centímetros de perímetro en su sección central, apunta el hortelano.

Hay pocos ejemplos de calabazas tan descomunales en Asturias. Solo se recuerda una de 212 kilos cultivada en Celorio (Llanes) y que se cosechó en 2011. Salvo que haya habido más de grandes dimensiones similares y no haya trascendido, la que ahora sale de la huerta de Heber Arenas es la segunda de mayor tamaño que se conoce en la región. Su propietario afirma que esta pieza es "fruto de la constancia", pues ha trabajado para conseguirlo. "En noviembre del pasado año apliqué sobre el terreno unos 70 kilos de cuchu de vaca por cada metro cuadrado de la huerta, para que en el siguiente mes de abril tuviese el terreno bien preparado y abonado de cara a plantar la calabaza el pasado abril. Según la planta fue creciendo, le puse diferentes abonos como gallinaza (estiércol de gallinas), abono líquido de ortigas maceradas en agua de lluvia y tierra de diatomeas mezclada con el agua de riego", explica el maliayés sobre la estrategia de preparación de la tierra.

En el reto dice haber practicado otros cuidados fruto de sus experiencias como jardinero de profesión y aficionado a la huerta. "Apliqué durante todo el desarrollo de la calabaza abundante agua, especialmente al atardecer de los días soleados, a razón de unos 20 o 25 litros por planta diarios. Dejé solo un fruto en la planta, que polinicé a mano para garantizar la polinización y la genética de la misma", explica sobre otras de las claves para el cultivo del enorme ejemplar.

Heber Arenas señala además que este "calabazón" de récord es de la variedad "Atlantic Giant", creada en Estados Unidos para competiciones. "Las semillas de la que nació esta planta de calabaza me las dio Andrés el de Granda, en Gijón, al que le estoy muy agradecido por su generosidad", dice.

Sobre su hobby y excepcional cosecha añade que tiene "varias plantas más de calabaza con algunas de un tamaño similar que aún no están maduras para ser cosechadas". "Hay que esperar a ver a qué tamaño llegan", explica orgulloso de la gigantesca calabaza, una de las mayores cultivadas hasta ahora en Asturias, con un tamaño que "tapa a un paisano" si se pone detrás.

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