Guimarán, en Carreño, cerró ayer las fiestas de Nuestra Señora de Los Remedios, patrona del concejo y una celebración que tradicionalmente echa el cierre al verano local. Tras la pandemia, nuevamente pudo desarrollarse todo el calendario festivo, culminado con una comida popular a la que acudieron en torno a 150 vecinos de la parroquia, así como amistades y familiares.

El momento más especial de la comida, celebrada en una carpa, fue el emotivo aplauso dedicado a los vecinos fallecidos durante la pandemia. "Especialmente, para Roberto Caleya", apuntan desde la Comisión de Fiestas.

También hubo hueco ayer para el deporte, con la celebración de una marcha cicloturista, y para la música, con la actuación del grupo "Tekila" al anochecer.

Una de las fiestas más potentes de Carreño volvió a celebrarse con normalidad y amplio respaldo, con una notable afluencia de público desde que el sábado tuvieran lugar los primeros actos.