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Candás y Dacal se dan un abrazo eterno

El primer medallista olímpico asturiano, enfermo de ELA, dona la presea a Carreño en un emotivo homenaje a un "héroe del deporte español"

Por la izquierda, Amelia Fernández, María José Rodríguez y Bibis Rodríguez, ante la medalla expuesta en el Centro Polivalente La Baragaña. | J. A. O.

Cuando acaban de cumplirse cincuenta años de su gran gesta en los Juegos de Munich de 1972, donde se convirtió en el primer medallista olímpico asturiano, al lograr el bronce en la categoría minimosca de boxeo, Enrique Rodríguez Cal, más conocido como Dacal, se colgó ayer otra medalla. Fue la que le impusieron simbólicamente sus amigos de Candás durante el acto de homenaje que se le brindó coincidiendo con la cesión de la histórica presea al concejo que le vio nacer hace 71 años. El gran campeón, aquejado de ELA, no pudo asistir a un sentido acto en el que estuvo representado por sus hijas, María José y Bibis, muy emocionadas con las continuas muestras de cariño y reconocimiento hacia Dacal, tanto por sus logros deportivos como por su gran humanidad.

El homenaje tuvo lugar a mediodía en un abarrotado salón de actos del Centro Polivalente La Baragaña de Candás. Manuel Muñiz, del Patronato Municipal de Deportes, fue el encargado de hacer una semblanza del gran boxeador, cuya relevancia, según destacó, "se va agrandando con el paso del tiempo". En este sentido, subrayó que Dacal acabó con la sequía de medallas olímpicas que sufría España desde 1960, siendo el único deportista español que consiguió subir al podio en Munich. Además, destacó que también fue abanderado de España en las olimpiadas de Montreal de 1976, algo que el propio Dacal, que en aquellos años de grandes éxitos en el cuadrilátero era trabajador de Ensidesa, definió como "lo máximo".

Para Muñiz, la cesión de la medalla, que ya se puede observar en un rincón de La Baragaña dedicado al deportista, supone "un enorme gesto de generosidad hacia el pueblo que nunca olvidó, porque, pese a residir fuera, él siempre ejerció de candasín".

El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, se sumó al reconocimiento con una intervención grabada en vídeo en la que lamentó no haber podido asistir personalmente al acto y calificó al boxeador de "héroe del deporte español". "Dacal es faro, foco, referente e ídolo", subrayó.

Por su lado, la alcaldesa, Amelia Fernández, que hizo entrega a las hijas del homenajeado de una escultura de Urrusti, reseñó "el reconocimiento y la gratitud" a Dacal, para avanzar que su intención es donar más medallas al concejo en el que nació. La regidora, que lamentó que el boxeador no pudiera celebrar sus 71 años en el acto de ayer, como era su deseo, hizo hincapié en el cariño que siempre sintió por el municipio y sus vecinos. "Muchos rapacinos de Candás recuerdan haber hecho guantes con él en El Náutico", indicó.

También hicieron uso de la palabra Nuria Delmiro, concejala de Avilés, donde reside Dacal, y la directora general de Deportes del Principado, Aida Nuño, quien destacó que el gran campeón deja un "importante legado". "Por encima de esa medalla y de otros triunfos, queda el recuerdo de su pasión por ser un grande del deporte español", afirmó.

Pipo Prendes, acompañado del grupo "Gaviana", puso el broche musical al acto con la canción "Un paso más", antes de que se descubriera el expositor con la medalla de bronce y varios paneles dedicados a la brillante trayectoria de Dacal.

"Ha sido algo precioso, hecho desde el corazón y el cariño. A mi padre le hubiera encantado estar aquí, pero la vida es así", resumió Bibis Rodríguez sobre una jornada muy especial para los familiares y amigos de un gran campeón dentro y fuera del cuadrilátero.

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