Tumores testiculares en la infancia: un tipo de cáncer que cambia con la edad

Los tumores testiculares y paratesticulares en la infancia tienen una incidencia baja, afectando a entre 0,5 y 2 de cada 100.000 menores de 18 años, según señala el urólogo asturiano Alberto Sánchez Trilla. La edad de presentación más frecuente es entre los 2 y los 4 años, con un descenso gradual de la incidencia hasta los 15, "para después volver a aumentar y presentar el máximo en adultos jóvenes", indica.

Los tumores testiculares en la infancia son distintos a los que se presentan en la edad adulta, destaca el profesional. "Tradicionalmente fueron considerados malignos, pero actualmente se ha constatado que los tumores benignos son más frecuentes a dicha edad", desvela.

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Entre el 65 y el 75 % son de células germinales –teratomas, tumor de saco vitelino y quistes dermoides–, dice, y los tumores de origen estromal –tumores de las células de Leydig, de células de Sertoli, de células de la granulosa juvenil y los indiferenciados mixtos– son benignos en la infancia. "El gonadoblastoma que contiene células germinales y estromales, representa solo el 1 %", afirma.

Según el doctor Sánchez Trilla, los tumores malignos se pueden diseminar por vía linfática a los ganglios retroperitoneales –solo ocurre en un 4-6%– o por vía hematógena –en el adulto tiene lugar en un 61% y solo en el 9% de los niños–, y en cuanto a la mortalidad del cáncer testicular en la infancia es baja, teniendo una supervivencia del 99 % a los 5 años.

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Clínicamente se presentan como masas escrotales indoloras y "a la exploración se apreciará una masa solida de consistencia pétrea, sin signos de inflamación". El diagnostico se confirma con una ecografía testicular y la realización de marcadores específicos –alfafetoproteína y beta HCG.

El tratamiento es siempre quirúrgico. En el caso de las lesiones malignas, una orquiectomía total por vía inguinal. En el caso de las lesiones benignas, una tumorectomía, la cual tiene que ser completa para evitar recidivas.