Grado, de bote en bote después de votar

Gran animación en la fiesta de la Segunda Flor, con tiempo espléndido y alto nivel de ventas en los puestos del Mercadón de Primavera

Espectacular día de fiesta por la Segunda Flor en Grado. El buen tiempo animó la celebración, que estuvo también marcada por la jornada electoral, por lo que al Mercadón de Primavera le costó un poco arrancar en las primeras horas de la mañana. Vecinos y visitantes ejercieron su derecho al sufragio antes de recorrer los puestos de productos agroalimentarios y artesanía, pero a partir de la una de la tarde, la villa moscona fue un hervidero de gentes que disfrutaron de un largo vermú que dio paso a la verbena.

«Voté antes de venir y ya tengo todo el día para mí», celebró Manoli Criado, llegada desde Gijón al Mercadón de Primavera. Realizó varias compras, entre ellas unos tomates adquiridos al comerciante Alberto Pérez, contento con las ventas. «Es un día perfecto», dijo. La condición electoral de la jornada marcó los tiempos comerciales. También lo apreció el quesero, Manuel Fidalgo: «Va suave, entre las elecciones y La Flor la gente tiene mucho qué hacer».

Grado, de bote en bote después de votar

Grado, de bote en bote después de votar / S. Arias

Grado, de bote en bote después de votar

Clientes en otros dos puestos. / S. Arias

En cambio, el vendedor de harinas David Menéndez estuvo encantado con las transacciones desde primera hora: «Ya vine el año pasado y anda igual o parecido; en Grado se vende mucha escanda, es un concejo de escanda», comenta. De hecho, el grano del que obtiene la molienda proviene de los cultivos de José Vega, en el concejo moscón.

Al Mercadón de Primavera arrancó a ralentí, pero al mediodía el conocido como parque de Arriba se llenó de gente, con un ambiente muy animado con la banda de gaitas «Conceyu de Grau». Una fiesta a la que acudió la pequeña de tres meses Emma Nido González. «Es su primera vez en La Flor», celebró su madre, Beatriz.

Además de la cita comercial, hubo una competición de bolos, feria ganadera y una visita guiada al Museo Etnográfico y de Historia de Grado. Además, el tradicional mercado de origen medieval estuvo de bote en bote y también los establecimientos hosteleros. «Pegué una vuelta a ver, pero casi no hay dónde tomar nada, está todo lleno», se quejó la moscona, Mariluz Aparicio.

El vermú se alargó durante la tarde en los locales hasta la noche. El caso era disfrutar y pasarlo bien en la Segunda Flor de Grado, aprovechando el regalo que recibió la fiesta de primavera: un tiempo de verano.