El tevergano José María Gayo, eterno en el puerto Ventana

El Club Ciclista Teverga realizó un homenaje simbólico a uno de sus socios, fallecido el año pasado, dando su nombre a la popular cima

Abel Gayo y Pacho Alonso junto a la placa.

Abel Gayo y Pacho Alonso junto a la placa. / R. T. C.

T. Cascudo

 El Club Ciclista de Teverga realizó este domingo un homenaje a uno de sus socios fundadores, José María Gayo (1932-2022), instalando una placa en su memoria en lo alto del puerto Ventana, que une el concejo tevergano con León. Los ciclistas recuerdan así a un vecino muy querido que disfrutó de la bicicleta durante toda su vida. "Fue un acto muy emotivo. Mari era un hombre encantador y cualquier tevergano hablará maravillas de él porque era una bellísima persona. Ahora el puerto Ventana también se conocerá como Cima Mari Gayo", señala Pepe Colubi, uno de los promotores del reconocimiento.

Mari Gayo, que es como le conocían los vecinos, se inició en la bici por motivos laborales, pues, a los 14 años, empezó a trabajar en la empresa minera Hullasa llevando el correo desde Entrago a San Martín. En la misma empresa se prejubiló años más tarde, pero ya como jefe administrativo. A pedales iba también a cortejar a la que luego fue su esposa y sobre dos ruedas sobrellevó algunos de los sinsabores de su vida, como la pérdida de su mujer. Su hijo Abel cuenta que, cumplidos los ochenta años, aún seguía pedaleando en compañía de otros aficionados. "En 1986 le detectaron un cáncer terminal y su salvación fue la bici. Le dijeron que le quedaban pocos meses de vida y duró casi cuarenta años más. Los médicos estaban sorprendidos y yo les decía que la razón es que era un escalador", cuenta Abel, quien explica que desde su jubilación llegó a subir entre cincuenta y sesenta veces al año al puerto Ventana.

Los ciclistas participantes en una foto de familia.

Los ciclistas participantes en una foto de familia. / R. T. C.

Colubi explica que la idea del homenaje surgió dada la afición que tenía el fallecido a subir esta cumbre, que cuenta con unos veinte kilómetros de ascenso. De ahí que decidieran, con el permiso del Ayuntamiento y el beneplácito de los vecinos del pueblo de Páramo, poner una pequeña señal para dar el nombre de la cima a Gayo, como se hace con algunos ciclistas míticos. Para su familia fue un acto muy emotivo porque Gayo, dicen, "vivía para el club de sus amores y su refugio siempre fue la bicicleta".

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WhatsApp Image 2023 06 04 at 17.21.56 / R. T. C.

El homenaje comenzó con una parada en el cementerio de San Salvador, donde reposan los restos del fallecido. Allí se colocó un ramo de flores y los maillot del club del año de su fundación, en 1985. Sus fundadores presumen de que es de los más antiguos de Asturias que sigan en activo. En la cima se descubrió la placa y, tras el descenso, hubo una comida en un popular establecimiento hostelero del concejo, para cerrar una jornada muy emotiva.