Fallece el sacristán de la parroquia de Pravia, José Luis Vaquero Insunza: "Una persona muy buena"

Triste y sentido adiós en Pravia. El sacristán de la parroquia de Santa María la Mayor y de la capilla de Nuestra Señora de El Valle, José Luis Vaquero Insunza, falleció este viernes en Avilés a los 73 años dejando una profunda y cariñosa huella en todos los vecinos de la villa praviana, feligreses y laicos.

"La parroquia era su vida, la abría y la cerraba y sabía donde estaba todo. Y era muy callado, podía estar escuchando una conversación que no soltaba absolutamente nada. Me decía siempre su madre que le preguntaba '¿a quién viste?', '¿qué contaban?' y nunca decía ni una palabra", recuerda el sacerdote jubilado, Francisco Donate, quien fue párroco de Pravia durante 10 años.

Vaquero queda en su memoria como "una persona muy buena y muy majo". Un sentir que es general en la villa praviana, donde era muy conocido y querido por todos. Siempre tenía un abrazo para dar. "Es el recuerdo más guapo que tengo suyo, el abrazo cariñoso y la paz que transmitía", comenta Aurora García, responsable de Cáritas Pravia.

Vaquero ha sido la mano derecha de todos los sacerdotes que han pasado por la colegiata y la capilla de El Valle. "Y jamás pidió nada, ni las gracias, tenía un espíritu de colaboración que le salía de manera natural con una generosidad increíble que le hizo ser un referente en Pravia y emblemático ayudando a los curas", añade García.

Además, el sacristán era muy popular por ser un leal seguidor del Real Sporting de Gijón, el equipo de sus amores. Por eso, si alguien le pinchaba con un "¡Hala Oviedo!" siempre respondía con garbo y, en los últimos años, haciendo gestos con la muleta. El fútbol y la parroquia eran sus dos grandes pasiones.

La capilla ardiente de Vaquero está instalada en la sala 4 del tanatorio de Santa Catalina de Pravia. El funeral será este sábado, a las 13.00 horas, en la Colegiata de Pravia, donde se espera una multitudinaria asistencia para despedir al sacristán de Pravia, un hombre que se ganó el cariño de todos sus vecinos.