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Presidente de la Agrupación Socialista de Siero

Las cinco crisis del PSOE

A propósito de la situación interna en el Partido Socialista, que remite al enfrentamiento de guerristas y renovadores

A mis 88 años, esta es la quinta crisis del PSOE que yo vivo. Aunque esta la vivo de verdad, porque estoy en ella. La primera fue el caso de Negrín y Ramón Lamoneda, a quienes echaron del partido en 1946. No los readmitieron hasta hace unos pocos años, ya a título póstumo. Vinculada a esa, tuvimos otra crisis grave cuando a Lamoneda, a quien emponderábamos mucho los militantes, le sucedió como secretario general Rodolfo Llopis, a quien promovía el capital para frenar nuestra lucha. En esa época, muchos nos pasamos al Partido Comunista y no por ser comunistas, sino porque era la única manera de seguir luchando contra el franquismo.

La tercera crisis fue el congreso de Suresnes, en 1974. Recuerdo que estaba en la carretera de Burgos cuando me enteré por la radio de la renuncia al marxismo. Luego estuvo el tema de la OTAN, un asunto en el que Felipe González nos traicionó.

Llegó la democracia, aunque yo la conocí antes, en Bélgica, durante 22 años. En aquellos años manteníamos muchas reuniones con gentes de derechas, y siempre fueron cordiales y pudimos llegar a acuerdos. Porque eran gentes que habían luchado contra Hitler, habían luchado contra el fascismo. Aquellos años en Bélgica me ayudaron a entender lo que es la democracia. Allí, tras la Segunda Guerra Mundial, nunca hubo mayorías: siempre se votó y después, el que más agallas tenía, era el que gobernaba, pactando y con el apoyo de los demás. Y esa es una lección que debemos aprender, porque no sabemos si Podemos ha venido para unos días o si va a perdurar por cien años. Por lo que hay que hablar con ellos, negociar con ellos y llegar a acuerdos si es posible.

Ya en democracia sufrimos una cuarta crisis cuando se enfrentaron los renovadores y los guerristas. Claro que en aquella ocasión, al ser el secretario general también presidente del Gobierno, la figura de Felipe González decantó la balanza de su lado. Pero durante aquella crisis aparecieron muchísimos arribistas, y también vi mucho odio entre los dos sectores.

Esto es algo que también percibo en esta quinta crisis, que se parece mucho a la que enfrentó a renovadores y guerristas. Es posible que la situación se encauce pronto, pero temo que los odios van a seguir mucho tiempo, y eso es algo que no puede haber en el partido. Los principios no se pueden perder.

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