La profesión médica, siempre de actualidad, ofrece notables ejemplos de vida más allá de la bata blanca. Gerardo Fernández Albor, expresidente de Galicia, fallecido esta semana a los 100 años, es un ejemplo de médico político de largo recorrido, que aquí conocemos bien, como los inolvidables Emilio Ballesteros Castro y Luis Fernández-Vega Diego. En vida, poco honorable ya, viene a la mente el médico Jordi Pujol; y como ejemplo bien diferente, en cambio, por militante honesto y luchador, se encuentra el doctor Gaspar Llamazares, también vinculado a Nava. Hay en la comarca ejemplos de mujeres y hombres de la medicina estimables y estimados. La fiestas de Nava han permitido el reencuentro con tres de ellos. Saúl Torga Llamedo, médico político años atrás, hoy jubilado entregado al estudio y a la artesanía, ha ilustrado la revista del Festival con un trabajo sobre Covadonga, y sus manualidades obsequiaron a colaboradores de las fiestas en Vegadali. José Luis Vigón, en otro tiempo político y médico en Aller, ahora cuida la salud de los vecinos de Cabranes y mima el lagar familiar. Su sidra Orizón logró el segundo premio al mejor caldo de la Denominación de Origen Protegida en el Festival. José Luis Vigón, uno de los doce hijos de los recordados Ernesto y Alicia Fernández, esposo de Nieves Palacio y padre de Victoria y José Luis, forma parte de una tradicional y numerosa familia de Nava, con raíces en Sariego, de la que la sidra es santo y seña.

En la fiesta del Socorro en Vegadali no faltó la sidra Orizón, ni tampoco médicos. Entre otros, el cabranés Eduardo Madrera Monestina, con su esposa, Marioly Mayor, y su suegra, Carmina del Tejo, de 97 años, decana de la cena vecinal que animaron Ani Torga y su esposo, Jesús Álvarez. El doctor Madrera, médico de familia en Mieres, está a punto de jubilarse, si sus pacientes se lo permiten. En fin, tan apreciados y queridos, los médicos siempre tienen historias que contar.