La chiquilla tenía ojos de confusión al preguntarme: "¿Puedes mirarme este problema a ver por qué está mal?". Miré y estaba bien. "Pues la 'profe' dijo que estaba mal porque tiene una aplicación con las respuestas y está mal". Tal vez la chiquilla hubiese cogido algún dato mal o la dichosa aplicación tuviese un error. Pero nadie indagó la causa del error. Temo que la autoridad de algunos profesores la diluyan "aplicaciones", que, claro, son irracionales. Si la autoridad hablase, citaría a don Manuel, "Manolo el Politu" para los de Carbayín, maestro del Plan Profesional de la República al que envidiaría Wikipedia y con una capacidad para cautivar al alumnado fuera de lo común. Un empresario de la Pola cuenta que, de niño, no siendo alumno suyo, se colocaba cerca de la ventana del aula de don Manuel para oír lo que contaba. Enseñando en Nava, asistieron a su clase unos gitanillos. Era Cuaresma y relataba la Pasión de Cristo con la capacidad de embelesar que pocos como él tenían. Insistía en la saña de quienes le llevaron a la muerte. Uno de los gitanillos, emocionado, levantó la mano diciendo: "Pero, don Manuel, ¿cómo no nos llamó a nosotros? ¡Todos los nuestros hubiésemos ido a defenderlo!". Manolo era autoridad.
