Tras muchos meses de sequía, por fin pude ir a ver un partido de fútbol en directo, concretamente de Tercera división, en el que se enfrentaban el Ceares y el Praviano. Tras firmar varios papeles para poder sentarme con mi hija, tomarnos la temperatura y acomodarnos en la grada, una vez ubicados, esperamos pacientemente casi media hora a que el balón empezase a rodar. Lo siento por mis amigos y amigas pravianas, pero los teyeros están imparables y los tres puntos se quedaron en la Cruz, producto de un juego eficaz y el rigor táctico del cuadro cearista. La solidez praviana, rasgo común de las últimas temporadas, es este año más dudosa, tal vez producto de la juventud del equipo, pero no hay que despistarse, el pozo no espera.
