Hay alcaldes y alcaldes, aunque, por lenguaje inclusivo, debiera haber dicho también alcaldesas y alcaldesas. Parece ser que la superalcaldesa de Barcelona, o su Consistorio, ha propuesto unas jornadas sobre consumo. Uno de los talleres era “Menstruación Ssostenible”. Allí se presentaron técnicas que evitarían residuos plásticos y otros, como la copa menstrual, las toallitas de algodón y hasta el sangrado libre, en oposición a la compresa y los tampones comerciales. Y eso ye muy guapo, porque seguro que para las barcelonesas, en general, era esta una de sus preocupaciones fundamentales. Los maestros solíamos decir que, basándonos en la pedagogía, todo se podía justificar; pues basándonos en la ecología parece que también. A mí me gustaría que nuestro Ayuntamiento hiciese unas jornadas sobre “Digestión sostenible”. Es innegable la cantidad ingente de papel higiénico que se gasta, los árboles que hay que talar para ello y la repercusión en la ecología acuática de blanqueantes para su fabricación. Se podrían hacer alternativas como el felechu libre de cachiparros, la fueya de castañal o hasta el dedo índice. La repercusión que ello tendría en el consumo es notable. Como parece que el consumo del papel higiénico es de más de treinta rollos por persona al año, en España hablamos de casi mil quinientos millones de rollos: unos ochocientos millones de euros. Seguro que además esto es una gran preocupación para los sierenses.
