La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vicente A. Montes Álvarez

Rap

El concepto de libertad de expresión de Hasél es el mejor indicador de su calidad como persona

En la cultura rural de Asturias, cuando una moza de bien empezaba noviazgo, la madre y la abuela, sobre todo, miraban con lupa de qué familia provenía el pretendiente y no cedían cuando en la historia había datos de poca benignidad.

Recuerdo esto pensando en el rapero ése, catalán con apellido árabe, Hasél, que se lo puso no sé por qué. Igual porque no estaba muy orgulloso del auténtico, “Rivadulla”. Claro, el abuelo, militar franquista que combatió los maquis; el padre, expresidente de la Unió Esportiva Lleida que dejó tan endeudada que tuvo concurso de acreedores, impagos…

Y el chiquillo tiene todo el derecho a expresarse, decir que claven un piolet en la cabeza a José Bono, que haya pena de muerte para las Infantas, que no siente lástima del tiro en la nuca a un “pepero” o un “socialisto”, que explote el coche de Patxi López… Su libertad de expresión es el mejor indicador de su calidad como persona. Bueno, parece que es amante de los animales y su gran amor es su perro. También Hitler lo era y amaba más a su pastora alemana “Blondi” que a Eva Braun.

Tirando de refranero, dime con quién andas y te diré quién eres. Esos que lo defienden, hasta desde sillas de ruedas… Ya lo dije en otra ocasión, pero como estoy por lo rural lo repito: “Una perdición de arbeyos por falta palos”.

Compartir el artículo

stats