Los expertos reclaman prudencia en los procesos de cambio de sexo

Cruz Almaraz, Marino Pérez y Nagore de Arquer lamentan el impacto de las políticas trans sobre los menores

De izquierda a derecha, Nagore de Arquer, Cruz Almaraz y Marino Pérez, ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA.  | LUISMA MURIAS

De izquierda a derecha, Nagore de Arquer, Cruz Almaraz y Marino Pérez, ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA. | LUISMA MURIAS

María José Iglesias

María José Iglesias

"Cada intervención de cambio de género debe estar respaldada por una investigación rigurosa y una evaluación exhaustiva de las necesidades, sobre todo en los menores". Lo dijeron ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA, María Cruz Almaraz, médica, especialista en endocrinología y nutrición, y en medicina familiar y comunitaria; el psicólogo Marino Pérez, que fue catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo y es miembro de la Academia de Psicología de España, y Nagore de Arquer, psicóloga, feminista y detransicionadora, en una sesión que analizó el impacto de las nuevas políticas identitarias, al hilo del informe realizado por la doctora Hillary Cass en Inglaterra.

"No hay que dejar la formación sexual en manos de los activistas, deben desaparecer de la educación de los niños", señaló Marino Pérez, autor, junto a María Cruz Almaraz, del libro "Nadie nace en cuerpo equivocado. Haciendo castraciones a los jóvenes no se reafirma ninguna identidad".

"Lo mejor que puede hacerse en estos casos de disforia sexual es esperar y ver, antes de precipitarse a validar esa situación, algo que en España tenemos prohibido, porque se hace lo contrario", matizo Marino Pérez.

Los especialistas recomendaron mayor cautela en el empleo de bloqueadores y hormonas en los niños y jóvenes que acuden a las consultas. "La Generación Z es la primera en creer en la fluidez de género y en usar términos como genderfluid o genderqueer", recalcó Almaraz, que destacó el aumento de problemas de salud mental en los jóvenes relacionados con el uso de redes sociales. De hecho, Marino Pérez aseguró que "muchos problemas de identidad de género no existirían si no hubiese redes sociales".

"Es lógico que una niña que padece abusos sexuales quiera dejar de ser una niña", recalcó Nagore de Arquer, que protagonizó un proceso de desistimiento de cambio de género. "Hablar de género hace que a las mujeres se nos subordine y se nos coloque en un plano inferior; quien defiende esta ideología niega la ciencia y acepta que el sexo se asigna al nacer o que es transfobia hablar de la regla como algo propio de las mujeres", añadió Nagore de Arquer.

"La izquierda delirante no cree en los derechos universales, sino en los subjetivos, y en los sentimientos que son los que definen si alguien es mujer u hombre", lamentó Marino Pérez. En su estudio para la sanidad pública británica sobre la atención a menores con disforia de género, Hillary Cass aconseja nuevos centros con servicios de salud mental.

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