Melchor Fernández: "Clarín solo retrató cómo era una ciudad de provincias"

"El año 1884 fue el de la publicación de ‘La Regenta’ y el de la inauguración de la rampa ferroviaria de Pajares, que cambió las comunicaciones con la Meseta"

Por la izquierda, José Antonio Alonso, Melchor Fernández  y Manuel Lafuente, ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA. | IRMA COLLÍN

Por la izquierda, José Antonio Alonso, Melchor Fernández y Manuel Lafuente, ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA. | IRMA COLLÍN

María José Iglesias

María José Iglesias

Oviedo

El Oviedo de 1884 discurría entre las fiestas y conciertos de los que disfrutaban las clases altas; los baños de ola que los ovetenses tomaban en Gijón, e incluso en Salinas y Colunga; las carencias en el suministro de agua, con una traída aún rudimentaria, y las transformaciones urbanísticas que moldeaban el esqueleto de la ciudad. Leopoldo Alas "Clarín", catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Oviedo, rebautizaba a la ciudad como Vetusta, y la Cofradía de La Balesquida repartía, como cada año, los bollos de chorizo y la botella de vino, dando cumplida obediencia a la voluntad de doña Velasquita Giráldez.

El público que llenó ayer el Club LA NUEVA ESPAÑA recorrió aquel Oviedo con la imaginación, gracias a la exposición realizada por el periodista Melchor Fernández Díaz, ex director de LA NUEVA ESPAÑA, protagonista de la conferencia que clausuró el ciclo anual de la Sociedad Protectora de La Balesquida, y que tuvo como protagonista a la Vetusta retratada para siempre en "La Regenta". "El año 1884 fue muy especial para Oviedo con la terminación de la rampa ferroviaria de Pajares, que cambió las comunicaciones con la Meseta; el avance de un nuevo urbanismo o la llegada de un activo obispo. También fue el año en el que se publicó La Regenta, obra cumbre de la literatura española, apenas superada por el Quijote, y a la altura o por encima de Madame Bovary o Ana Karenina", indicó Melchor Fernández, a quien presentó Manuel Lafuente, directivo de la Sociedad Protectora de La Balesquida, quien destacó sla amplia trayectoria y la formación como periodista del conferenciante.

Melchor Fernández: "Clarín solo retrató cómo era una ciudad de provincias"

El público que llenó ayer el Club LA NUEVA ESPAÑA. / Irma Collín

A lo largo de la intervención, bajo el título "Oviedo: cuando nació Vetusta", Melchor Fernández aportó multitud de detalles sobre aquel Oviedo que luchaba por entrar en el siglo XX. "Aquella Vetusta fue considerada por un sector influyente de la sociedad ovetense como una visión agresiva y falsa de la ciudad, pero lo que quiso hacer el escritor fue un retrato de cómo era en su época una ciudad de provincias española", recalcó Melchor Fernández, que realizó una exhaustiva descripción de la vida en Oviedo y del entramado social y cultural de una ciudad que tomaba el tren de la modernidad.

Fernández Díaz documentó la charla con una serie de artículos publicados por él mismo en LA NUEVA ESPAÑA, tras investigar en las colecciones de "El Carbayón" que guarda la biblioteca de la Universidad, y tampoco pasó por alto las dificultades económicas que atravesaba la cofradía de La Balesquida en aquel 1884, "tal es así que un cofrade propuso vender el solar en el que se alza la capilla para edificar otra en otro lugar", indicó el conferenciante. El público supo, además, que en aquel año el Martes de Campo se convirtió en Martes de agua, regado por una abundante lluvia. "Fue el momento en el que el industrial José Cima abrió un establecimiento en el que se servía sidra gaseada, en jarras", relató Fernández. La clase obrera también tuvo cierto protagonismo en la ciudad, "se constituyó bajo la presidencia del gobernador civil Laureano Casado, una comisión para elaborar una información sobre el estado y las necesidades de las clases obreras , formada por 45 personas, entre las que nadie era obrero", remarcó.

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