García Oviedo: "Hay que cambiar la mentalidad y proyectar a nivel regional"

Todas las tesis de las jornadas de análisis de la "ciudad región metropolitana", clausuradas este jueves en el Club LA NUEVA ESPAÑA, pueden encontrar una síntesis en el llamamiento final de Víctor García Oviedo a reconfigurar la mentalidad colectiva y asentar el uso de "la escala regional" en los diagnósticos y las recetas para la Asturias del futuro. El arquitecto cerró el ciclo de cuatro conferencias contraponiendo esa perspectiva a la "obsesión localista" y al esquema anticuado de "suma de concejos" que rigen la situación actual y bajó la persiana desmenuzando un decálogo de proyectos capaces de materializar el mensaje central que las charlas han engarzado alrededor del proyecto de la "Asturmetrópolis". El esquema de partida es el siguiente: la ordenación metropolitana es el camino para que al Principado se le vea y pueda asumir un papel destacado y visible dentro del entramado europeo de "regiones económicas". Ese propósito sólo será alcanzable, a su juicio, si el área central pasa a ser "cabeza y motor de una ciudad región metropolitana" concebida como un "sistema en red", como una estructura en permanente interrelación en el que quepan todas las diversidades de "las Asturias", remata el ponente enfatizando el plural del topónimo.

La idea es conectar, como las sinapsis del cerebro enlazan las neuronas, todas las Asturias que abarca este territorio "tan desigual y disperso": "La urbana, la periurbana y la rural, la del centro y la de las ‘alas’, la de la costa y el interior, las ciudades, villas y aldeas…" "La región metropolitana es una necesidad imperiosa", dice su mantra. Y bajo el paraguas de esa concepción general, que hace de base para el "proyecto Asturias", García Oviedo clausuró el ciclo tratando de aterrizar las tesis genéricas en un "plan de proyectos". Antes de llegar al desgranado somero de algunos de ellos, el arquitecto quiso encuadrarlos en "un modelo territorial de ciudad" que focalice las acciones y las inversiones en aquellos asuntos pendientes que, pese a ubicarse "en los núcleos mayores, están llamados a ejercer un efecto tractor sobre el área metropolitana y la ciudad región". Se refiere en Oviedo a los terrenos del viejo HUCA y a las viejas fábricas de La Vega o de Gas; en Gijón al "Solarón", la "Milla del conocimiento" o "La Ería del Piles"; en Avilés, a la Isla de la innovación o el soterramiento del ferrocarril y a un largo etcétera que incluye, por ejemplo, la integración de las cuencas del Caudal y Nalón…

Otorga la propuesta un papel esencial a las comunicaciones, que prefiere abarcar con el término "accesibilidad", y al transporte público concebido como "un derecho de cuarta generación" que como tal debería ser "gratuito y universal. Durante la crisis del covid el transporte público fue gratis", apostilla, "y no se cayó el mundo". En Asturias, "sin una red viaria, pero sobre todo ferroviaria" muy perfeccionada, y fundamentalmente sin una reconfiguración del ferrocarril como un "metro" a escala regional, "es imposible conformar la ciudad región", sentencia.

Una candidatura nueva

El siguiente escalón del plan metropolitano de proyectos viene con una llamada a completar el "inventario de los espacios libres", entendido como la ordenación urgente y pendiente de las áreas intermedias de cara a la preservación de los "suelos con capacidad para la agroecología", y otra a potenciar las "marcas regionales intangibles". García Oviedo habla del "Prerrománico, el Camino de Santiago y el patrimonio industrial" como "la triada del patrimonio cultural regional" y suma a sus ideas una suerte de redimensionamiento de la candidatura de Oviedo a Capital Europea de la Cultura en 2031. Plantea una propuesta nueva, que vaya más allá del apoyo de las otras ciudades a las aspiraciones de la capital y arme "una alternativa conjunta con los cascos históricos" de Oviedo, Gijón y Avilés.

Subyace en el discurso, queda dicho, una demanda de cambio de escala en el abordaje de los problemas y las soluciones, un nuevo paradigma que tenga en cuenta que "Asturias es lo contrario que una suma de concejos" y todo lo dicho respecto a que el Gobierno regional debe superar el viejo esquema de la diputación. "Siempre se dice que hay que pensar globalmente y actuar localmente", afirma, "pero aquí se hace al revés. "Se piensa localmente y se actúa globalmente". "Hay que cambiar mentalidades y empezar a proyectar a nivel regional".

Cita García Oviedo como ejemplo palmario de esa falla las políticas de vivienda, que como las industriales o las culturales "deben ser supramunicipales" y aboga por "acabar con la obsesión localista de que cada concejo debe encontrar acomodo a todas sus demandas dentro de sus límites territoriales, olvidándose de su lugar en la región y de la posibilidad de los colapsos por los tiempos empleados en los traslados".

Cabrían en esta nueva mirada, por ejemplo, los "servicios de alto valor añadido" como potenciales captadores de inversión o la necesidad de un "plan director" de la Universidad de Oviedo que afiance su papel en la región "sin forzar ni exacerbar localismos".