Montoliu: «Una persona con albinismo nunca ha visto las estrellas»

«Los niños con ese trastorno son muy curiosos y a veces se les diagnostica TDHA de forma errónea», alertó el científico del Centro Nacional de Biotecnología

María Fernández y Lluís Montoliu , ayer en el Club.

María Fernández y Lluís Montoliu , ayer en el Club. / Irma Collín

María José Iglesias

María José Iglesias

«Una persona con albinismo nunca ha visto las estrellas; no percibe el brillo. Las personas con este trastorno carecen de fóvea, el centro de la retina donde tenemos la mayor concentración de fotorreceptores, eso les impide centrar la mirada en el objeto o persona que tienen frente a ellos. Además el resto del campo visual permanece borroso y con menor detalle». Lo dijo ayer en el Club Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología , que habló del albinismo y de los importantes problemas de visión que acarrea. Le presentó María Fernández, delegada institucional del CSIC en Asturias.

«La falta de fóvea determina que la visión nocturna o en penumbra sea reducida. Además, la vista de una persona con albinismo ya es muy limitada en óptimas condiciones de iluminación, esta discapacidad visual todavía es más acusada en ambientes oscuros», indicó el investigador, miembro del Comité de Dirección del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBER-ER), del Instituto de Salud Carlos III.  Las personas con albinismo tienen unas conexiones anómalas entre la retina y el cerebro. Cada uno de los ojos solamente se comunica con el hemisferio del lado contrario:

«Los niños con albinismo se quejan en la escuela de que no ven y a veces se les diagnostica erróneamente TDHA;_ son niños muy curiosos y todo el rato están cartografiando su entorno», aseguró el científico barcelonés. Montoliu dejó claro que el albinismo, «se trata de una enfermedad rara», precisó. 

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