Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Pablo Simón: "La democracia no está de moda, se llevan los autoritarismos"

"Estoy harto de que ser mala persona tenga prestigio; nos hemos replegado al individualismo", afirma el politólogo, profesor de la Universidad Carlos III

Pablo Simón, a la izquierda, y Gaspar Llamazares, ayer, en un Club repleto de público para escuchar al politólogo. | IRMA COLLÍN

Pablo Simón, a la izquierda, y Gaspar Llamazares, ayer, en un Club repleto de público para escuchar al politólogo. | IRMA COLLÍN

María José Iglesias

María José Iglesias

Oviedo

"La democracia no está de moda; ahora se llevan los autoritarismos". El politólogo Pablo Simón, (Arnedo, La Rioja, 1985), abordó ayer en el Club LA NUEVA ESPAÑA la polarización política actual, sin paliativos ni atenuantes: "Estoy harto de que ser mala persona tenga prestigio; nos hemos replegado al individualismo", sostuvo el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, que pide a sus alumnos trabajos escritos a mano, "para que al menos se lean las cosas una vez".

El político y escritor Gaspar Llamazares, portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Oviedo, introdujo al conferenciante subrayando que la polarización "no es sólo política, sino que afecta a todos los ámbitos, también al económico". Simón, doctor en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra, tomó el testigo afirmando que "la política no es conflicto, es pluralismo, y de que ese conflicto se canalice hacia el acuerdo depende de cómo se aborden las cuestiones", señaló. El politólogo distinguió entre dos tipos de polarización: la ideológica y la afectiva. La primera, dijo, es "necesaria y hasta saludable", porque expresa la diversidad de ideas en una democracia. "Si no existiera, estaríamos en Corea del Norte", ironizó. La segunda, sin embargo, preocupa más, esa polarización afectiva, que mide el rechazo hacia quienes piensan distinto. "Hoy la gente de izquierdas no se tomaría un café con alguien de Vox, y viceversa", lamentó, apuntando que este fenómeno, común a toda Europa, "está erosionando las relaciones personales y el tejido cívico".

Simón destacó que la polarización ideológica aumenta la participación electoral. Así ocurrió en las elecciones madrileñas de 2021 o en las convocatorias a las que se ha presentado Donald Trump.

A la vez, advirtió el riesgo de que el enfrentamiento sustituya al debate racional. "En España la mayor polarización se concentra en las cuestiones tributarias. Rodríguez Zapatero llegó a decir que bajar impuestos es de izquierdas", matizó. "Los datos apuntan a que desde 2022 podríamos haber tocado techo en esa polarización, aunque está claro que el interés de la ciudadanía por la política ha caído en picado", aseguró el analista. A lo largo de la conferencia, en un Club repleto de público, repasó las causas estructurales de la división social. La globalización, afirmó, "ha dejado ganadores y perdedores": "mientras algunos pueden teletrabajar para Silicon Valley desde un pueblo, las economías locales sufren". También analizó las transformaciones sociales derivadas del cambio educativo y de género: "Por primera vez en la historia hay más mujeres educadas que hombres, y eso genera un cambio de estatus", recalcó. En su repaso a la evolución de la derecha europea, señaló que "la tradicional se ha moderado, mientras una nueva derecha radical impugna el paquete de derechos sociales y busca reemplazarla", advirtió.

Simón habló de la crisis de los cuerpos intermedios —partidos, sindicatos, asociaciones— que tradicionalmente canalizaban las demandas sociales.

"Los mediadores de la política están en crisis. La gente ya no participa en los partidos ni confía en los sindicatos". En este contexto, Internet juega un papel decisivo. "No es un espacio neutral, sino controlado por empresas", remarcó. Comparó su impacto con el de la imprenta en el marco de la Reforma de Lutero, en el siglo XVI: "Ha roto las jerarquías y ha transformado la socialización política. Nadie puede competir con la dopamina que genera el móvil".

Simón mostró su preocupación por el auge de la desinformación, especialmente en redes como WhatsApp o Telegram, "donde la mentira circula más rápido que la verdad", concluyó.

Tracking Pixel Contents