Carmen M. BASTEIRO

Mieres del Camino,

28 de agosto de 1958. Las 23.00 horas. Un extenuado mierense, José Vitos Natal, llega nadando a una cala británica de Folquestone. Literalmente, se «arrastra» y para un cronómetro. El reloj marca 15 horas y 11 minutos. Se ha batido un récord en el canal de la Mancha. La hazaña aún se recuerda pasados 50 años, y Vitos Natal será homenajeado hoy en Mieres.

La historia comienza en el año 1957. El joven mierense cruzó a nado el Estrecho de Gibraltar y es recibido por cargos de la época, que le dicen que pida, deportivamente hablando, lo que quiera . Vitos pide para Mieres los Campeonatos de España de natación y que lo lleven a cruzar el canal de la Mancha. «Es imposible», responde José Solís. «Si no lo intento, Ministro, es imposible», respondió Vitos. Pasó un mes desde aquella conversación, cuando la noticia se hizo oficial: José Vitos Natal intentará cruzar a nado el canal de la Mancha. A partir de ahí comienza la preparación.

El día 2 de agosto de 1958, Vitos sale hacia Dover. Es entonces cuando comienza la parte final del entrenamiento. Durante la toma de contacto con el canal de la Mancha, un «observer» de la Channel Swimming Association comenta a uno de los responsables de la expedición que acompaña a Vitos que sería óptimo intentar batir el récord mundial cruzando el canal a braza. Vitos acepta el reto.

Una playa del Cabo Gris-Nez fue testigo aquel 28 de agosto de hace 50 años de cómo Vitos se sumergía en aguas del Atlántico para batir un récord. Relata el nadador que, «a las siete de la tarde, cuando llevaba doce horas nadando, empecé a sentir mareos y temblores de frío. Ferradas, uno de mis acompañantes en la expedición, me animaba y me tiraba mistela, hasta tocaba "Asturias, Patria Querida" con la armónica. No podía reírme, pero continuaba nadando».

A las nueve de la noche, Vitos no consigue entrar en la costa británica porque hay una corriente muy fuerte. Vitos escucha a los que están en el barco, le gritan, y los oye muy lejos. «Nada lo más fuerte que puedas, tienes una cala a 400 metros, nada rápido o la corriente te arrastrará hacia el Sur». Gastando sus últimas fuerzas, el mierense llega a tierra , y pulsa el cronómetro que marcará el récord. El registro no fue batido hasta el año 2002 por el nadador Patrick Ghysel.

La travesía le costó a Vitos principios de congelación y la pérdida de ocho kilos, pero se ganó el reconocimiento de los vecinos de Mieres. Hoy, 50 años después, Vitos asistirá a un homenaje que la villa le da en honor a su tesón. A las 19.30 horas, en la calle Escuela de Capataces, junto a la piscina Manuel Llaneza, se descubrirá un placa conmemorativa y después se celebrará una charla en la que Vitos recordará su gesta. Cuenta José Luis Vitos, hijo del nadador, que «hace dos años cruzamos en barco el canal. Mi padre miraba pensativo el fondo del mar, y le pregunté: "¿Qué piensas?". Él respondió, recordando su odisea: "¡Venga, una hora más, una hora más!"».