Langreo, Lucía CORTINA

El trabajo en común y la perseverancia han tenido un papel fundamental en el hecho de que la Asociación de Mujeres Rurales «Sierra-Ferrera» haya sido galardonada con la «Fesoria de oro 2008», el máximo galardón del Certamen de la huerta y el mundo rural del valle del Nalón, celebrado el pasado fin de semana en Rioseco (Sobrescobio). Esta agrupación, que cuenta con un centenar de socias, lleva dieciséis años arrimando el hombro e impulsando iniciativas para dinamizar la vida de los pueblos que representan en Laviana: La Sierra, La Ferrera, Boroñes y La Aldea.

Es el quinto año que esta agrupación se presenta a este certamen, al que han llevado un sinfín de productos cultivados de manera natural en sus huertas. Ellas defienden los métodos tradicionales y muestran una firme oposición al cultivo en invernaderos. Así lo explican las integrantes de la junta directiva en su sede, el edificio de las antiguas escuelas a las que acudían los niños de La Sierra y La Ferrera, reformada con sus propias manos y en la que guardan con orgullo todos los premios que han ido cosechando en los últimos años. «Lo que buscamos es conservar los pueblos y su actividad de una forma lo más tradicional posible», explican. Ellas, que constituyen la primera asociación que se proclama vencedora en el Certamen de la huerta y el mundo rural del valle del Nalón, critican el hecho de que «muchas veces se premien productos que, claramente, han sido cultivados en invernaderos, ya que no tienen ni picaduras ni las imperfecciones de cualquier hortaliza cultivada de manera tradicional y natural».

El lote que las ha subido al podio constaba de una amplia variedad de frutas, hortalizas, azafrán, hierbas aromáticas e, incluso, conservas. El reparto del trofeo va a ser difícil, ya que se trata de una pequeña insignia de oro que, en tono de broma, proponen fundir para conservar un pedazo cada una. Han decidido que figure en su centro social, donde se reúnen para poner en marcha las muchas actividades con las que logran revitalizar estos pueblos. Según explica la presidenta, Argentina García, «también participamos en talleres de restauración de madera, de cuero, de yoga, manualidades, gerontogimnasia y en cursos y charlas sobre salud».

Además, encabezan y participan activamente en cualquier iniciativa que tenga como fin el de mejorar el aspecto y las infraestructuras de estos pueblos, con la celebración de sextaferias o la reparación de muros, tareas en las que se vuelca todo el vecindario en general ya que, según explican, «algo que caracteriza a esta zona es la fuerte unión de sus vecinos y el trabajo en común».

Una de las asignaturas pendientes de la Asociación de Mujeres Rurales «Sierra-Ferrera» es conseguir para estas localidades el reconocimiento de «Pueblo ejemplar» que cada año otorga la Fundación Príncipe. Sin embargo, lo que estas vecinas de las localidades de Boroñes, La Aldea, La Sierra y La Ferrera reivindican es una modificación en la manera en que estos pueblos figuran inscritos en el concurso. Según explica Argentina García, «en esta zona siempre se nos ha conocido como Parroquia de Arriba, porque estamos encima del Condao; sin embargo, por esa denominación no nos conoce ni nos sabe localizar nadie que no sea de Laviana».

También esperan que, algún día, la zona reciba el tan ansiado reconocimiento, ocasión de la que esperan sacar provecho para mejorar el estado de sus pueblos. «Si viene el Príncipe, seguro que aprovechan para arreglarnos la carretera, que falta le hace», afirman dispuestas a seguir presentando la candidatura «las veces que haga falta, hasta que nos den el premio».