Pola de Laviana,

Flor María MENÉNDEZ

Miles de kilómetros separan las cuencas mineras asturianas de la región francesa de Nord-Pas-de-Calais, pero ambas comparten un pasado común y un presente aún marcado por la cultura minera. De ello habló ayer Jorge Muñiz Sánchez, doctor en Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, durante la primera jornada del curso de verano «Culturas del trabajo» que se celebra en el Centro de Innovación y Desarrollo del Alto Nalón, en Pola de Laviana.

Bajo el título «Cultura del trabajo y evolución sociopolítica de dos regiones mineras europeas (Asturias y Nord-Pas-de-Calais) en la primera mitad del siglo XX», Jorge Muñiz pronunció una conferencia en la que se centró en las similitudes entre ambos territorios sin olvidarse de las diferencias que las hacen singulares.

Muñiz arrancó con las similitudes geológicas. «Tanto las minas asturianas como las francesas son la pesadilla de cualquier ingeniero por sus pequeñas vetas de carbón», señaló el historiador de la Universidad de Oviedo, que apuntó que en ambas regiones mineras la modernización fue llevada a cabo tardíamente y no fue hasta principios del siglo XX cuando los mineros abandonan los métodos de «pico y pala», que eran los únicos que utilizaban en su trabajo. Pero es a partir de 1914 cuando cada cuenca toma un camino diferente y empieza a cambiar. Francia lleva a cabo un proyecto frustrado de introducir rozadoras en sus minas, mientras que en Asturias habrá que esperar otros treinta años para empezar a ver muestras de mecanización y modernización. Jorge Muñiz destacó que una excepción en la minería del Principado fue Turón, donde las empresas mineras de esta zona van al mismo ritmo que las de la región francesa de Nord-Pas-de-Calais. El historiador señaló que mucho de lo que Manuel Llaneza aportó al sindicalismo minero asturiano fue aprendido en la región minera de Nord-Pas-de-Calais y tomado de Emile Basly, fundador en 1889 del conocido como Viejo Sindicato Minero, la Chambre Syndicale du Pas-de-Calais. Cuando Llaneza funda el SOMA en 1910, las características del sindicato son las mismas que las del Viejo Sindicato francés: el sistema de toma de decisiones es centralizado, se rige por una disciplina unitaria, dispone de una caja de resistencia, estudia detalladamente la coyuntura antes de actuar y se basa en la negociación para evitar llegar a la huelga.

El curso de verano de la Universidad de Oviedo «Culturas del trabajo» prosigue hoy con la participación de los ponentes Casilio Silva, Pigenet Michel y Vila Álvarez.