Mieres del Camino,

José A. ORDÓÑEZ

Dos bebés fueron los grandes protagonistas de la tradicional fiesta vaquera celebrada en el monte Llosorio de Mieres. Cristina Recio Álvarez y Elviro José González Puente recibieron las aguas bautismales en el transcurso de la solemne función religiosa que se celebró pasada la una y media de la tarde en la capilla de la Virgen Pastora, una construcción erigida por la Asociación de Jóvenes Ganaderos de Llosorio, encargada de la organización del intenso programa de actividades que se desarrolló durante todo el fin de semana.

Además, la misa de bautismo de los pequeños Cristina y Elviro también sirvió de ofrenda para rogar por la rápida recuperación de Iyán G., un joven de 19 años vecino de Mieres que resultó herido el pasado día 29 tras caer de un caballo en las inmediaciones del pico Llosorio. El chico, según informó en su momento el servicio de prensa del 112, presentaba traumatismo facial y posible fractura de codo. Tras ser evacuado en un helicóptero medicalizado, quedó ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias con pronóstico reservado.

Por lo demás, la actividad festiva en el monte Llosorio, con una abundante presencia de romeros, dio comienzo a media mañana, con el inicio de una sesión vermú amenizada por una pareja de gaita y tambor. Después, con un ligero retraso sobre el horario anunciado, la capilla acogió una función religiosa que estuvo seguida de la tradicional «puya'l ramu» y de una comida campestre a base de bollos de chorizo, empanadas, corderos a la estaca y ternera al estilo vaquero. Tras una larga sobremesa, dio comienzo una romería amenizada por David Payares y el dúo «Acordes». Un campeonato de tiro de cuerda por equipos y un baile sirvieron para poner el broche de oro a un fin de semana de intensa actividad festiva.

La fiesta de Llosorio ya había dado comienzo el sábado a mediodía, cuando los romeros se reunieron por vez primera para dar buena cuenta de un almuerzo en el que no faltaron los corderos a la estaca ni ternera asada con más de una veintena de especias diferentes combinadas por la experta cocinera Ana Murcia. Ya por la tarde, los asistentes pudieron disfrutar de varias carreras de cintas a caballo y de velocidad, antes de degustar una cena campestre y de pasárselo bien con la verbena que amenizó el dúo «Acordes». El baile, el mejor de los ambientes y la animación se extendieron hasta bien entrada la madrugada del domingo.

Todos los actos de esta fiesta de Llosorio, que el año que viene celebrará dos décadas de existencia, tuvieron lugar en el entorno conocido como Prau Cueva. Para llegar en coche, los romeros tuvieron que coger la carretera que une Siana con Valdecuna y, tras pasar por Paxío, desviarse por La Tazá hasta Cuevas. No obstante, una gran cantidad de asistentes se decantaron por acceder al monte a lomos de sus caballos, toda vez que la cita organizada por la Asociación de Jóvenes Ganaderos de Llosorio es eminentemente vaquera.