Mieres del Camino,

José A. ORDÓÑEZ

A la baja. La importación de carbón por parte de las térmicas españolas ha caído casi un 30 por ciento en el primer semestre del año, pese a que la producción autóctona no dispone de incentivos de compra desde el pasado ejercicio y a que los precios del mineral extranjero se han estabilizado en torno a los setenta dólares por tonelada, un precio muy por debajo de las cifras récord del pasado verano, cuando se superó la barrera de los 170 dólares. El flojo balance importador, unido a los graves problemas que atraviesan en estos momentos las firmas autóctonas del sector minero, incapaces de dar salida a sus producciones ante la falta de demanda, permite concluir que, al menos de enero a junio de este ejercicio, se ha registrado un importante retroceso del consumo de carbón por parte de las centrales térmicas del país.

La producción de energía eléctrica con carbón en Asturias ya se redujo el pasado año en un 39,6 por ciento, según los datos de Red Eléctrica Española (REE). Las oscilaciones del precio del mineral, los sobrecostes por las emisiones de dióxido de carbono (CO2), las paradas por reformas y revisiones en las centrales térmicas, la contención de la demanda eléctrica por la crisis y el crecimiento de la producción eólica y con ciclos combinados explican la fuerte caída de la producción, que, a la luz de los datos y de la situación que atraviesa la minería privada española, continúa a lo largo del presente ejercicio.

De acuerdo a la documentación que maneja la Federación Nacional de Empresarios de Minas de Carbón (Carbunión), las térmicas españolas trajeron del extranjero 6,7 millones de toneladas de carbón durante el primer semestre del año, mientras que en el mismo período del ejercicio anterior las importaciones habían alcanzado los 9,5 millones de toneladas, la mayor parte, como sucede en este ejercicio, procedente de Rusia, Sudáfrica e Indonesia. En todo 2008 llegaron a España 16,88 millones de toneladas de carbón foráneo, una cifra que difícilmente se podrá igualar este año, pese a que, tradicionalmente, los mayores picos de consumo por parte de las centrales térmicas se producen durante los meses de noviembre y diciembre.

Mientras se reducen las importaciones, la minería privada española está atravesando una de las mayores crisis de su reciente historia. No hay demanda de carbón porque las térmicas, con escasa actividad, tienen acumuladas grandes cantidades de mineral en sus parques. Como consecuencia, y dado que el Gobierno central, presionado por las autoridades comunitarias, eliminó el pasado año el incentivo al consumo de mineral autóctono, las empresas del sector llegaron a una situación límite que motivó, incluso, una intervención de urgencia por parte del Ejecutivo. El Ministerio de Industria ha pedido a Hunosa que se encargue de gestionar el almacenamiento y la comercialización de los importantes stocks. Patronal y sindicatos consideran que se trata de una medida coyuntural y reclaman soluciones «definitivas».