Mieres del Camino,

Paula G. RODRIGO

Como en Asturias no se expone en ningún sitio. Libertad, creatividad y mucho espacio es lo que La Casa Duró de Mieres ha ofrecido al joven artista Federico Granell, natural de Cangas del Narcea, para mostrar al público algunas de las obras más atrevidas e innovadoras de su carrera. El autor de «Los dos Lados de la Puerta», como se llama su colección, intenta, a través de cientos de fotografías, óleos, dibujos y cinco esculturas, contraponer dos mundos distintos a la vez que muestra la polivalencia en las distintas artes plásticas de su creador.

«Puede parecer que todo está desordenado, pero está pensado para que detrás haya un nexo. Un detalle sirve para conectar una obra y una sala con otra», explicó el joven artista. Puede parecer que reina el caos cuando entras en la sala y ves tal cantidad de fotografías grandes que se mezclan con otras más pequeñas y que se intercalan a su vez con lienzos. «Es un puzzle. Cuando ves el resultado no te lo puedes creer. Son muchas horas seleccionando y preparando el material... y que no te pongan límites y verlo por fin, es una sensación que no tiene precio», destacó

«Las esculturas podríamos decir que son... inquietantes», resolvió Granell. «La inspiración suele salir por ejemplo de sueños, como es el caso de «Descorazonado», que nació después de despertarme un día con el corazón muy agitado, como si se me fuera a salir del pecho», relató el artista. La exposición cuenta con cinco piezas y un pequeño boceto de escultura, «pero no sé si va a ser la próxima», confesó, «porque hacerlas lleva mucho tiempo, alrededor de unos tres meses. Están hechas con un armazón de alambre, escayola, ropa, resina y fibra de vidrio que hay que dejar que se sequen para aplicar la siguiente capa», apuntó el escultor.

«En esta exposición utilizo muchos mensajes, frases de canciones a modo de homenaje a los grupos que me gustan. Por un lado, le aportan bastante a la obra y, por otro, le da un punto estético», subrayó el autor. «Algunas de las frases seleccionadas tiene un toque triste, de decepción, de búsqueda», añadió.

Sin embargo, el género protagonista de la exposición es la fotografía, que intenta reflejar las diferencias entre dos mundos contrapuestos: el interior, «el de lo doméstico, cotidiano y espontáneo» y el exterior, universo de la ciudad resultado de sus gentes y viajes; «la gran mayoría están tomadas en Japón y China. Me gustaron tanto que he incorporado su escritura a mi obra», detalló. «Los modelos de los interiores son amigos y familiares que posan de manera espontánea. Incluso yo mismo desayunando».