Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

La mitad de los 2.033 aspirantes a una de las 32 plazas del plan de empleo de Langreo quedaron excluidos del proceso en la primera criba al incumplir los criterios incluidos en las bases de la convocatoria, marcadas con carácter general en Acuerdo para la Competitividad, el Empleo y el Bienestar de Asturias (ACEBA), suscrito por Principado, empresarios y sindicatos. Los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Langreo y algunos de los candidatos excluidos manifestaron su rechazo a unas bases que consideran excesivamente restrictivas. Los principales puntos de desencuentro son las 200 horas de cursillo, realizado en los últimos tres años, que se exigen a los oficiales, y el hecho de que no se tenga en cuenta la renta de la unidad familiar a la hora de asignar las plazas.

Así lo expresó el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Langreo, Pedro Leal. «Nosotros ya dijimos desde un principio que los criterios nos parecían muy restrictivos, pero no se hizo caso de nuestras indicaciones. En un período de crisis como el que estamos viviendo hay que se más flexibles», indicó Leal, para añadir a continuación: «La condición del cursillo de 200 horas deja prácticamente sin opciones a los parados de mayor edad, que por lo general ya son oficiales y tienen familia a su cargo, por lo que no entendemos que no se tengan en cuenta los ingresos de la unidad familiar».

Asimismo, el representante popular indicó que existen mecanismos para que los ayuntamientos puedan modificar los criterios de selección. «Es cierto que la propuesta de bases viene marcada por el Acuerdo para la Competitividad, el Empleo y el Bienestar de Asturias (ACEBA), pero otros concejos como Oviedo introducen modificaciones», indicó.

Por su parte, Xuacu de Hoyos, edil de IU-BA, explicó que «de los 2.033 aspirantes que se presentaron en Langreo, 970 se quedaron fuera por incumplir las bases». «Los criterios de los planes de empleo nos vienen impuestos desde arriba. El Principado y los agentes sociales deberían darle una vuelta al asunto para que el acceso no fuera tan restringido», indicó De Hoyos. Y añadió: «En casos como los de los albañiles y los pintores el curso de 200 horas no tiene sentido, porque les sobra práctica. Otro de los problemas es que, según nuestra opinión, los planes de empleo solapan la oferta pública de empleo».

José Enrique Camporro tiene 55 años, está casado y tiene tres hijos. Desde hace más de dos años está en paro y en la actualidad su familia se mantiene con una prestación de 426 euros. «Antes se tenían en cuenta los ingresos de la unidad familiar a la hora de valorar la asignación de las plazas, pero ahora no», indica este pintor de Langreo, que se ha quedado fuera en el proceso de selección de los puestos del plan de empleo local. Camporro tampoco comparte el criterio del cursillo. «Llevo más de treinta años siendo pintor. Creo que mi trayectoria y mi vida laboral está suficientemente acreditada sin necesidad de ningún curso».

En una línea similar se expresa José Luis García Paes, que tampoco ha podido acceder a las plazas del plan de empleo. «Lo único que pido es que se trate a todo el mundo por igual. A los hombres se les pide una antigüedad mínima en el paro de un año y a las mujeres, de un mes», apunta este otro pintor de Langreo, de 40 años, casado y con un hijo, que lleva desempleado desde el mes de enero. «Los criterios de selección que hay ahora castigan a la gente de más de 40 años, que llevan toda la vida trabajando y no han hecho cursillos. Lo que pido es que exista una igualdad de oportunidades; yo también tengo derecho a trabajar, y mi familia también tiene que comer», argumenta García Paes.