j. r. silveira

Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

Los cuatro empresarios asturianos detenidos por la Guardia Civil de Mieres como presuntos autores de una estafa de seis millones de euros, con 300 familias y firmas financieras de toda España afectadas, comenzaron a actuar en 2005, pero fue entre los meses de septiembre y octubre del pasado año cuando la banda intensificó su actividad delictiva. Fuentes de la investigación consultadas por este diario apuntaron que al menos tres de los implicados cuentan con antecedentes penales por fraudes anteriores. En principio, en las próximas horas podrían producirse nuevas detenciones, al menos una más.

J. S. M., de 55 años, J. C. C., de 38 años, I. J. S. P., de 40 años, y S. I. F., que han sido puestos a disposición judicial, residen en los municipios de Oviedo y Pola de Siero. Alrededor de un tercio de las denuncias presentadas contra ellos está tramitado en la región. Mieres es la zona más afectada, sobre todo Rioturbio y Santullano: «Buscaban zonas deprimidas con vecinos de edad avanzada», explicaron las fuentes consultadas por este diario. La Guardia Civil de Mieres abrió la investigación el pasado mes de enero, cuando un vecino del barrio de San Pedro acudió al cuartel para presentar una denuncia. Las intensas pesquisas realizadas por los agentes de la unidad judicial permitieron desenredar una trama urdida desde el engaño. La red tejida por los estafadores es tan compleja que los investigadores no han podido seguir la pista del dinero. Además, los cuatro detenidos apenas tienen propiedades a su nombre y no hay ni rastro del millonario botín. El grupo ingresaba el dinero en distintas cuentas y posteriormente lo retiraba.

La Guardia Civil confirmó ayer que la mayoría de las estafas oscilaba entre los 2.000 y los 3.000 euros, aunque se han dado casos de hasta 5.000. El «modus operandi» se repetía como un ritual. A través de empresas pantalla hacían ventas a domicilio accediendo a los datos personales de los compraderos. Posteriormente, ampliaban la operación con las financieras cargando a las familias el importe de otros artículos que no habían adquirido, por lo general, electrodomésticos. Las firmas que utilizaban para sus «operaciones» estaban domiciliadas en Asturias, Murcia y Albacete. Uno de los implicados, J. C. C., creó una empresa denominada Conforama 3.000, asentada en Pola de Siero, y que utilizaba como domicilio social el parque de empresas situado en el polígono mierense de Vega de Arriba. La estafa afectó a todo el país, aunque las denuncias se concentran en Asturias, Córdoba, Badajoz, Cáceres, León, Pontevedra y Alicante.

La mayoría de las familias estafadas ha descubierto el engaño antes de que las financieras comenzaran a cobrar las mensualidades de las compras falsas. Por lo general, las empresas, al no empezar a recibir los pagos, se ponían en contacto con las víctimas para reclamar la deuda. Las sociedades de crédito han resultado «las verdaderas perjudicadas», ya que las personas afectadas solicitaban la paralización del pago al percatarse de descuentos mensuales en sus cuentas, correspondientes a una compra que no habían realizado. En la localidad de Rioturbio, la asociación de vecinos sostiene que ya se han destapado unas diez estafas, con más de 20.000 euros. En la fotografía, Isabel Moreiras, una de las víctimas, con el contrato falso de la compra de una cocina. Si bien los datos personales estaban en regla, la firma está falsificada.