Los ya un poco talludos y sin llegar a ser viejos -entre otras cosas porque nos negamos- recordamos aquella magnífica película de los años sesenta «Con ella llegó el escándalo», del famoso director Vincent Minnelli y con un reparto, como entonces decíamos, de antología, selecto para aquellos años de la invasión del cine norteamericano. Pero lo de hoy, pasados ya cincuenta años de aquella gesta cinematográfica, es para aprovecharnos del título unos y otros provocando? eso, provocar atracción al prójimo y, cómo no, hacer caja, que es de lo que comercialmente se trata.

Y esto ocurre en una localidad de la comunidad de Madrid: Navas del Rey. Suena bien, ¿verdad? Todo un lugar histórico que se remonta a Alfonso XI, rey de Castilla y León, hasta Fernando VII que les otorga el título de villa, exactamente, el 22 de abril de 1819. Como quien dice, hace cuatro días. Su ubicación es fabulosa, en medio de dos sierras: la de Guadarrama y la de Gredos. Pero hoy su historia se está escribiendo no en pergamino, ni tampoco en papel biblia con letra redondilla, ni mucho menos gótica, sino con la de «Skandalo», como se llama el club que ahora reinicia su andadura con un variado y seductor anuncio que dice: «Una gran barbacoa», para a continuación añadir: «Subasta de una chica». Más abajo siguen confirmando lo atractivo de la fiesta, como que la segunda copa es gratis, «si quieres una buena fiesta con buenas tías, que os esperan encantadas y cachondas». Aparecen dos dibujos sugestivos: el primero, una chica en el suelo en actitud erótica y, un segundo, dentro de una copa. ¿Ven? Lo dicho, pura historia de España.

La cosa es que, lógicamente, una gran parte de los enterados de tal anuncio y tengan la seguridad, ya guardan cola para tal acontecimiento en un local situado en un polígono, donde los bares de copas surgieron como generación espontánea, en tanto que otros vecinos, algo más cuerdos con tal desfachatez, lo califican de puro machismo y penoso proceder para llamar la atención.

Confirmando lo dicho en el primer párrafo, la película de Minnelli ya tenía de por sí un título bien llamativo hace cincuenta años, pero en singular. A los de ahora, de los tiempos el presente, el tema lo pluralizan y encima lo llaman simplemente «Skandalo». ¡Ay si levantara la cabeza el rey Alfonso XI, al que llamaban «el Justiciero»! Más de uno correría sierra abajo y no miraría ni hacia atrás, no sea cosa que tropiece y se parta la crisma. Yo, mostrando «cierta» curiosidad tanto en el guarrindongo proceder, como en el «fascinante» final de la sorteada y el premiado, espero contarles lo ocurrido sin la necesaria intervención de las fuerzas vivas o armadas de mencionada Villa. ¡Dios, qué nos deparará!