Dibujante, ganador del premio «Josep Toutain» al autor revelación del Salón del Cómic de Barcelona

Langreo,

J. VIVAS

El dibujante Alfonso Zapico (Blimea, 1981), ha sido distinguido con el premio «Josep Toutain» al autor revelación del año 2009, en el salón internacional del cómic de Barcelona. Un reconocimiento que parte de los profesionales del sector del cómic y del que Zapico quedó gratamente sorprendido. Además, este galardón le permitirá realizar una exposición monográfica en la próxima edición del certamen. Mientras tanto, este dibujante, que también es colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, se encuentra en la ciudad francesa de Angulema con una beca de la Maison des Auteurs, un centro de reconocido prestigio internacional dedicado al cómic en el que permanecerá, espera, hasta 2011.

-¿Qué ha supuesto este premio del salón del cómic de Barcelona?

-Sorpresa. La verdad es que no me lo esperaba. De hecho me quedé un poco descolocado porque es un premio que dan los propios profesionales del sector en España y yo no estoy muy metido en ese grupo. Es una grata sensación porque soy un desconocido para ellos y, aún así, valoraron mi trabajo.

-Además de la dotación económica del premio, de 3.000 euros, ¿en qué consiste el galardón «Josep Toutain»?

-Sin duda lo más interesante es que tendré la oportunidad de realizar una exposición monográfica en la próxima edición del salón del cómic de Barcelona, que se celebrará entre los meses de mayo y junio de 2011. Todavía no he hablado con los organizadores, pero estoy deseando ponerme con ello.

-No es la primera vez que recibe un premio, ya obtuvo el «Prix BD Romanesque», en 2007, y el «Haxtur». en 2008, entre otros, ¿es necesario tener premios para obtener el reconocimiento profesional?

-Creo que no. De hecho, hay muchos autores españoles que trabajan en Francia, nunca han tenido reconocimientos en España, y no por eso han tenido menos méritos en su trabajo. El premio se valora porque da notoriedad al álbum publicado e, incluso, ayuda a las ventas, pero insisto en que hay autores muy buenos que nunca han sido premiados. No lo necesitan.

-¿Cómo nació su interés por el cómic y la ilustración?

-He dibujado desde muy pequeño y, más tarde, estudié Ilustración y Diseño en la Escuela de Arte de Oviedo. Cuando acabé esta formación, lo que menos pensaba es que iba a hacer cómics, sino que me iba a dedicar únicamente a la ilustración editorial. Afortunadamente, puedo vivir de la ilustración, pero el cómic me da la capacidad de contar y transmitir mis historias.

-¿Es difícil abrirse paso?

-Lo difícil no es publicar un cómic, sino mantenerse después, porque si el álbum no funciona es muy complicado tener una segunda oportunidad. En mi caso llevo una trayectoria muy extraña, ya que publiqué mi primer álbum, «La guerre du professeur», con sólo 24 años y además, en un mercado muy difícil como el francés. Creo que si te lo propones, y tienes algo de paciencia y la cabezonería necesaria, se puede salir adelante.

-¿Qué temática sigue a la hora de elaborar sus cómics?

-Mis trabajos suelen contar historias con un trasfondo histórico, porque me gusta trabajar en la ambientación de la época sobre la que voy a dibujar. Ya, en su interior, introduzco historias personales, con diálogo, tratando de crear algo casi teatral.

-¿Qué opina del sector del cómic en España?

-Ha mejorado mucho, aunque todavía queda trabajo por hacer, ya que las ediciones siguen teniendo una tirada de ejemplares muy pequeña. Aún así, ya se ven cómics en las librerías generalistas y tiene un reconocimiento más cultural que ha las puertas del cine. Eso es algo muy positivo para el sector.

-Conociendo el prestigio de la Maison des Auteurs, donde lleva ocho meses becado, ¿fue difícil acceder a esta institución?

-En realidad no me costó mucho, porque aceptaron rápidamente mi proyecto, «Dublinés», una biografía de James Joyce, que presenté para solicitar su admisión. La maison está enfocada a proyectos independientes que se salen de lo comercial. Les gustó mi idea y me admitieron, aunque desconozco los criterios del jurado seleccionador. Por el momento estaré hasta octubre y me tendré que enfrentar a un nuevo tribunal que, si todo va como espero, me permitirá renovar la estancia unos meses más.