Campo de Caso, E. PELÁEZ

El centro de interpretación de la naturaleza del parque natural de Redes, ubicado en Campo de Caso, muestra durante este mes exposición de la campaña «El sonido del bosque» sobre el urogallo cantábrico. Felipe González Sánchez, delegado de la Sociedad Española de Ornitología (Seo/BirdLife) en Cantabria, promotora del proyecto ofreció una conferencia durante su inauguración.

-Asturias ha redactado un plan de recuperación del urogallo cantábrico. ¿Qué le parece?

-Sin conocer en detalle el documento, el Principado está cumpliendo con la ley de conservación de la biodiversidad ya que para las especies en vías de extinción es necesario poner en marcha un plan de recuperación. Esto significa que existe voluntad de llevar adelante la parte teórica y falta la práctica.

-¿Cuál es la situación del urogallo en Asturias?

-Es crítica. Estamos en un momento en el que podemos llegar al punto de no retorno si no se toman medidas urgentes ya. En caso contrario no saldremos del agujero en el que estamos. El urogallo no deja de desaparecer, sobre todo en la zona oriental de Asturias, del límite con Cantabria a Somiedo, pese a que los ejemplares que quedan ocupan espacios naturales protegidos.

-¿Qué se tiene que hacer?

-Hay actuaciones que se pueden desarrollar fijándose en las experiencias iniciadas en el ámbito europeo para la conservación del urogallo que han dado resultados positivos. No sólo en España está en declive. En Escocia y en los pirineos franceses lo estaba y se han puesto en marcha diferentes iniciativas.

-¿Dónde se debe actuar?

-En el hábitat, que necesita unos requerimientos específicos, un bosque abierto, luminoso, en cuyo interior crezcan abundantes matas de arándanos. En los pirineos franceses, con un hábitat similar al de la cordillera cantábrica, la población no sólo se ha estabilizado sino que aumentó. En Escocia se consiguió, también, poner fin al declive y revertir la situación, no sólo actuando en el hábitat, también en la competencia de los ungulados (ciervo, jabalí, corzo), que son un elemento de perturbación en el delicado ecosistema forestal, y en los depredadores.

-¿Esa es la línea a seguir?

-Hay que intervenir sobre todos esos ámbitos. Y no se debe olvidar las agresiones históricas contra el hábitat por parte del ser humano con la apertura de pistas y accesos en zonas sensibles y de minas a cielo abierto.

-¿Sabe cuántos quedan actualmente en la cornisa cantábrica y en Asturias en concreto?

-No sabría decir un número exacto. Lo que sí es cierto es que el urogallo está en una situación crítica, no por el bajo número de ejemplares, sino porque no hay síntomas de recuperación en ningún sitio. La protección del hábitat no funciona si no se incorpora la gestión del entorno. Y tanto en el pirineo francés como en Escocia han transcurrido varios años para que apareciesen signos de recuperación. Sin embargo, la población cantábrica está desapareciendo. No hay un suficiente número de pollos para permitir el relevo generacional.

-¿Qué influencia tienen las estaciones de esquí?

-Todo lo que son infraestructuras que ocupan la zona del urogallo le va a afectar y puede llevar a la desaparición local de la especie.

-El centro de cría en cautividad del parque natural de Redes lleva unos meses en funcionamiento. ¿Cree que tiene posibilidades de éxito?

-La población ha llegado a tal nivel de declive que se recomienda que exista un stock de ejemplares en cautividad por si la especie desapareciese. Aunque mientras no se consiga parar el declive en el medio natural no podemos avanzar en la reintroducción. Hay que parar la caída y la cría en cautividad será un refuerzo.

-Un grupo de expertos en urogallos solicita al Principado de Asturias que explique cuáles son las expectativas de las instalaciones ya que asegura que la cría en cautividad no funciona como medida de conservación de la población salvaje.

-La Sociedad Española de Ornitología no está en contra de la cría en cautividad aunque considera que sólo funciona cuando seamos capaces de resolver el problema de la especie en medio natural. Pero dada esta situación de urgencia, es conveniente tener ejemplares en cautividad porque si desaparece y no fuimos capaces de reservar?

-¿Han dado pasos el resto de comunidades para la recuperación de la especie?

-Cantabria aún no cuenta con un plan de recuperación y Castilla-León ya lo elaboró.

-¿Están concienciadas las administraciones sobre la necesidad de ponerse manos a la obra?

-El problema es que han tardado muchos años en ponerse de acuerdo sobre qué hacer y no ha habido la necesaria coordinación de expertos, técnicos y organizaciones ecologistas para consensuar medidas eficaces.

-¿Pasará factura ese retraso?

-El tiempo es oro. Cada año que pasa sin hacer nada la especie está más cerca del punto del no retorno, más cerca de la extinción. Si no tomamos medidas eficaces ya, lo más probable es que desaparezcan de la cordillera y queden sólo en Muniellos-Villablino y en Omañas (León).

-¿Y la coordinación de las comunidades autónomas?

-El problema es que la extensión y el tamaño de la actuación es grande. Requiere que haya coordinación y medios económicos y además que los habitantes de las zonas de urogallos entiendan las necesidades de la especie para que no se desarrollen proyectos de desarrollo incompatibles. El último año se dio un paso importante de mano del ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Biodiversidad con las comunidades autónomas y Seo/BirdLife en un proyecto Life para insistir en la mejora del hábitat, en la cría en cautividad y en la preparación del hábitat para el retorno de la especie.