Langreo, E. PELÁEZ

Andreu Martín (Barcelona,1949) publicó en 1976 su primera novela. Inició entonces un largo camino en el género negro, donde es autor de referencia. Guionista de cómic, teatro y series de televisión, fue distinguido en 1989 junto a Jaume Ribera con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. El pasado viernes ofreció una charla en El Entrego organizada por «Cauce».

-¿La realidad tiene cada vez más ingredientes de novela negra?

-La realidad siempre ha aportado el material a la ficción pero no más en estas fechas que en otras. La cuestión es cómo los autores elaboramos esa realidad y la convertimos en ficción y por qué lo hacemos.

-¿Ha cambiado el panorama en España para la novela negra en los últimos años?

-Cuando empecé, en los años setenta, la novela negra se confundía con la novela popular de tiros a la que se otorgaba poca calidad literaria. En aquella época nació un equipo encabezado por Vázquez Montalbán y seguido por Francisco González Ledesma, Juan Madrid, Jorge Martínez Reverte y yo mismo que consiguió convertirla en un fenómeno literario y social. Luego aquello se abandonó porque vivimos en un país donde la cultura se rige, sobre toso, por modas. Ahora vuelve a estar en boga. Me gustaría pensar que no es que vuelva a estar de moda sino que se le da a esta novela la categoría cultural que tiene.

-¿Tiene más peso en Europa?

-La novela negra en Francia, Alemania, Inglaterra o Italia es un hecho cultural que está ahí siempre. Hay autores que escriben novela negra, que nunca ha decaído. En cambio aquí hay subidas y bajadas de montaña rusa. Aquí nos movemos por la moda.

-¿Qué ha aportado la serie Millennium de Stieg Larsson?

-Aportó mucho. Estas obras han interesado a mucha gente por un motivo o por otro y contribuyen a que pasemos de la página de cultura a la de sociedad y, por tanto, interesa más.

-¿Qué ingredientes no pueden faltar en la novela negra?

-Hay un ingrediente fundamental que es el juego. Promete algo a sus lectores, que buscan unos elementos determinados en ese libro. Éstos piden y el que escribe da. La novela negra es la más juguetona de todas, la que ofrece que el lector pueda implicarse en la resolución del enigma. La palabra juego para mí es la más imprescindible en la novela negra.

-¿Qué hay detrás de ese juego?

-Un análisis del alma humana y de la sociedad desde el punto de vista que más nos preocupa, que es el miedo. La novela negra trata de todo aquello que no nos gustaría que nos pasara pero curiosamente traemos a nuestra vida privada y vamos a jugar con ello, con atracos, asesinatos, la maldad? Queremos que esté cerca para jugar porque es inofensivo.

-Y juegan con la sorpresa.

-Sí. Por eso me gusta decir que es uno de los géneros más experimentales. El lector va a la estantería y pide unos elementos que siempre serán los mismos pero también pide sorpresas.

-¿Dónde encuentra la inspiración para sus novelas?

-En la realidad. La que veo en los periódicos y en la televisión, la que me cuentan amigos que son policías, la que observo por la calle o la que aprendo a través de la ficción de otros.

-¿Se incorporan los nuevos tipos de delitos que se producen?

-Hay que analizar siempre qué elementos dramáticos y originales y sorprendentes nos aportan. El primer señor que, según se sabe, cometió un delito informático robó a un banco de Nueva York desde su conexión de ordenador de Los Ángeles y mandó el dinero a un banco de Alemania. Eso es solo una chorizada, no es novela aunque podrá serlo cuando lo puedas combinar con algo que sea dramático.

-¿Qué recomendaría leer?

-Es distinto leer a un autor policiaco español que a otro del resto del mundo. El español nos remite a una realidad concreta, que podemos comprobar al salir a la calle. Cuando Stieg Larsson nos cuenta sus historias de Suecia y nos dice que un personaje quería ir a un bar y cómo eran las cuatro de la tarde no había ninguno abierto, te da cómo una especie de sacudida y dices: ¿en qué planeta vive?. Aquí una novela negra es muy didáctica porque lo que leemos nos enseña a vivir. Realmente recomendaría tener un buen librero porque estos profesionales tienen todo tipo de información y preguntan qué es lo que le gusta a cada cliente.

-¿Cómo aborda la literatura juvenil?

-De dos maneras. Con mucha memoria de tu juventud y teniendo en cuenta que tienes un público. Mientras en novela de adultos piensas en escribir una novela para ti, que te guste, si es para jóvenes tienes sentirte libre para hablar de lo que quieras pero pensando en ellos.

-¿Qué supone escribir para jóvenes?

-Tener contacto con ellos. Si te envicias con la novela infantil y juvenil es porque empiezas a acudir a institutos y bibliotecas donde tienes presente a un público que es muy sincero y espontáneo y con el que aprendes un montón de cosas.

-¿Qué proyectos tiene?

-Estoy escribiendo una gran novela, lo digo por el volumen del libro, que cada vez se perfila más como un homenaje al mundo de mis padres en contraste con el actual. En este nos podemos quejar pero no encontramos motivos mientras que ellos, que sí los tenían, pero no se podían quejar. Estará ambientada entre 1920 y 1950.