Langreo, M. Á. G.

La ciencia también puede ser un juego. Un grupo de alumnos del IES Jerónimo González de Sama participa este curso en un peculiar torneo escolar en el que un robot realizado con pieza de Lego es la llave para adentrarse en el mundo de la ingeniería biomédica. Se trata de la First Lego League, un certamen internacional de robótica en el que participan 130.000 jóvenes de 53 países. En Asturias compiten en esta edición trece centros. El IES de Sama es el único representante de la comarca del Nalón. Los dos mejores institutos de la región pasarán a la fase nacional, en Bilbao, paso previo de final internacional que se celebrará en Estados Unidos.

Los participantes en la First Lego League debe resolver problemas reales mediante la construcción y programación de robots. También deben desarrollar un proyecto científico que deben presentar delante de un jurado. La edición de este año versa sobre la ingeniería biomédica y tiene por objeto descubrir formas innovadoras para reparar lesiones, superar las predisposiciones genéticas y maximizar el potencial del cuerpo humano.

Entre los desafíos que los alumnos deben resolver con el robot figura la colocación de una «escayola», por medio de una pieza de Lego que una otras dos o la realización de un bypass, siempre haciendo uso de las piezas del emblemático juego. «Lo que hacemos es practicar mucho para que los chavales dominen el robot y no haya fallos», explica Rosana Álvarez García, profesora de Tecnología del IES de Sama y coordinadora del proyecto en el instituto langreano junto a Omar Fernández.

La segunda parte del concurso consiste en la elaboración de un estudio científico, esta año basado en la medicina. «La investigación se ha centrado en analizar el envejecimiento como enfermedad, estudiar si se puede retrasar combatiendo las patologías asociadas», indica Álvarez, para añadir a continuación. «Para documentarse, los alumnos han podido tener una entrevista con Otín y han contactado con investigadores del centro de biotecnología, entre otros».

La docente explica que la experiencia aportada por estos científico sirve para estimular a los estudiantes. «Todos ellos se han portado muy bien, interesándose por lo que estamos haciendo y eso es muy gratificante para los chavales», concluyó la profesora.