Historiador y escritor

Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

Luis Benito García Álvarez (Laviana, 1974) acaba de finalizar una amplia investigación sobre el concejo de Sobrescobio. Comenzó a investigar en 2007, pero su labor no se terminó hasta hace unos días y ya está lista para ser publicada. Mientras tanto, García Álvarez, responsable de investigación en la Fundación de la Sidra y docente del área de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, sigue enfrascado en elaborar la base documental que servirá para hacer la candidatura de la sidra asturiana a Patrimonio Mundial de la UNESCO, siempre en colaboración con la Asociación de Lagareros Asturianos que promueve la iniciativa.

-¿En qué se centra su investigación de Sobrescobio?

-No es una historia del concejo al uso. Está dividida en dos partes, un estudio socioeconómico en primer lugar y una segunda parte cultural. Sobrescobio es uno de los concejos que más importancia ha dado a la educación y de los que enseguida tuvo un alto índice de alfabetización. Además, los coyanes tienen un amplio sentido de la comunidad. Durante su historia, el poder no le prestó demasiada atención porque era un lugar apartado, que no interesaba. En el siglo XVI tuvieron una democracia pionera.

-¿Hizo ese sentido del autogobierno y la comunidad que su historia cambiase?

-Sí, fue uno de los pocos lugares que se escapó a los cerramientos. Estos movimientos consistían en que las clases hegemónicas, nobles o burgueses ennoblecidos, intentaban adueñarse de tierras que no eran suyas.

-También estudió su desarrollo económico.

-La actividad ganadera ha sido, y sigue siendo, el punto fuerte de su economía. También vivieron de la explotación minera, con una mina de hierro. Sin embargo, los vecinos se oponían a esta actividad y la boicotearon, porque no era su mundo. Se cerró en 1967.

-¿Cuándo comenzó a preparar esta investigación?

-En 2007. Tengo que decir que esta investigación no habría salido adelante sin el apoyo incondicional del Ayuntamiento. Ellos promovieron la idea y yo me interesé por el proyecto porque, aunque soy de Laviana, tengo raíces en el concejo.

-En 2008, se hizo con el premio «Gourmand» por su libro sobre el contexto social de la sidra, ¿dicen mucho las bebidas de la historia de los lugares?

-Sí y viceversa. Cada cual se tiene que atener a lo que tiene cerca. En Asturias hicimos de la necesidad virtud y creamos toda una cultura entorno a la sidra.