Oviedo, E. P.

El eurodiputado asturiano del PP, Salvador Garriga, aseguró ayer que no queda dinero en las arcas públicas de los Estados Miembros para mantener la subvención al carbón no competitivo, dejando claro que la minería deficitaria no tendrá futuro después de 2018. Aún así, el eurodiputado señaló que el carbón es «imprescindible» para producir energía, afirmando que «se trata de una fuente autóctona, barata, con alto poder calorífico y reservas estimadas aún para muchas décadas». Eso sí, en su opinión, «es viable siempre que se limite su emisión de CO2».

Garriga aseguró que «la posición común de los 27 estados miembros de la UE, de la CE y del PE, es la de considerar el carbón como parte del mix energético futuro siempre y cuando solucione su carácter contaminante y no existe la menor posibilidad de que esta posición se modifique. Igual de claro, y esto lo saben bien los europarlamentarios de izquierda, a quienes no les ha oído protestar, lógicamente, 2018 será el año final de la excepción para las ayudas a la minería». Sostuvo el eurodiputado que la «leyenda favorita» de la izquierda asturiana es «considerar a la minería del carbón como una actividad social no rentable que debe ser mantenida a través de un ciclo eterno de subvenciones, ayudas y excepciones a la libre competencia y al mercado», afirmando que «los fondos mineros deberían haberse invertido masivamente en mejorar la organización empresarial, en las tecnologías de extracción baratas y en los proyectos de captura de CO2. Pero gastarlos en autopistas, polideportivos y hasta conservatorios musicales en vez de financiar las investigaciones del Instituto del Carbón lo hace todo mucho más difícil».

En su opinión, tanto el gobierno regional de Foro como la izquierda «deberían analizar por qué los proyectos más innovadores sobre el uso futuro del carbón están hoy fuera de Asturias».