Mieres / Langreo,

P. CASTAÑO

La minería del carbón es la actividad que registra mayor número de accidentes con baja en Asturias y ello a pesar de la fuerte caída de empleo en el sector y de las inversiones que realizan las empresas en formación y en mejora de la seguridad de las explotaciones. El bajón de actividad en la construcción por la crisis económica ha vuelto a situar a la minería en los últimos años al frente de la estadística de siniestralidad laboral con más del 10 por ciento del total de los accidente con baja y ello pese a que este sector da empleo directo a menos del uno por ciento de los trabajadores de la región.

Según las estadísticas que maneja el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, durante el pasado año se registraron en la división de extracción de antracita, hulla y lignito en Asturias un total de 1.423 accidentes durante la jornada con baja y dos de ellos fueron mortales. La cifra supone exactamente el 10,62 por ciento de los percances con baja registrados en la región en 2011, que fue de 13.394.

El porcentaje de accidentes que acapara la minería no se corresponde con el peso que el sector tiene en el mercado laboral de la región. De hecho, con cerca de 3.500 trabajadores representa menos del uno por ciento de la población ocupada en Asturias.

Las inversiones en seguridad y formación, la concienciación de los trabajadores y los continuos recortes de personal derivados de los planes de ajuste en el sector lograron que el número de accidentes con baja se redujeran durante el pasado año, al pasar de 1.684 en 2010 a 1.423 en 2011, pero la minería sigue liderando la estadística de siniestralidad. Por debajo de la división de extracción de antracita, hulla y lignito en Asturias se encuentran actividades que actualmente emplean a muchos más trabajadores que la minería o que tradicionalmente han tenido elevadas cifras de accidentes. Son el comercio al por menor (1.156 accidentes), actividades de construcción especializada (1.072 accidentes), fabricación de productos metálicos excepto maquinaria y equipo (905 accidentes), construcción de edificios (776 accidentes) metalurgia, (736 accidentes), administración pública y defensa (654 accidentes), servicios de comidas y bebidas (612 accidentes), comercio al por mayor (477 accidentes), actividades sanitarias (437 accidentes) o transporte terrestre o por tubería (438 accidentes).

Según las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, de los 1.413 percances con baja en jornadas de trabajo que se contabilizaron en la minería del carbón asturiana, un total de 1.677 fueron leves, ocho fueron graves y dos fueron mortales. Los dos accidentes con muertos se registraron en el mes de agosto. El día 2 un minero leonés de 35 años, Rafael Otero Reguero, falleció en el plano inclinado de Cerredo, mina propiedad del empresario Victorino Alonso y perteneciente al Coto Minero Cantábrico. El día 26 de agosto un trabajador del pozo Candín de Hunosa , Rafael Molero Fernández, de 44 años, perdió la vida tras quedar atrapado entre una máquina y una tolva.

A nivel nacional, se registraron el año pasado un total de 2.127 accidentes en el sector de la extracción de carbón de los cuales 2.112 fueron leves, 11 graves y cuatro mortales.

Desde los sindicatos mineros siempre se incide en que las inversiones en seguridad y la formación son los principales pilares para acabar con los accidentes laborales en la minería. Durante los últimos años, empresas mineras como la compañía estatal Hunosa han incrementado sus inversiones en seguridad y en formación de personal. Así, por ejemplo, en 2010, la compañía invirtió en formación el 5,7 por ciento de la masa salarial bruta de la empresa y realizó un total de 185.887 horas de cursos, la mayoría en el moderno centro de formación situado en Modesta, en Sama. Además, en materia de salud laboral se han llevado a cabo campañas divulgativas y de sensibilización con un total de 2.477 alumnos que participaron en el plan de formación en prevención de la empresa.

No obstante, desde los sindicatos del sector han destacado la necesidad de que los planes de formación y prevención de riesgos laborales deben abarcar todos los niveles en el trabajo de la mina, toda la red de relaciones, que incluye también a los operarios de las empresas subcontratadas. En esa línea, el Principado ha financiado en los últimos años acciones de formación para todas las empresas privadas del sector.