Langreo / Caborana, C. M. B. / L. M. D.

Miles de personas -6.000 según el SOMA-FITAG-UGT- recorrieron ayer a pie la distancia que separa Barredos(Laviana) del pozo Candín (Langreo) y Mieres del pozo Santiago (Aller), explotaciones donde, desde hace 21 días, permanecen encerrados siete mineros. Las marchas en apoyo al sector del carbón y en contra del recorte de ayudas del 64% respecto a lo comprometido en el Plan Minero para 2012 mostraron la capacidad de convocatoria del SOMA de cara a la huelga general prevista en las Cuencas para mañana.

En el valle del Nalón, alrededor de 600 personas partieron desde Barredos a las nueve y media de la mañana con destino al pozo Candín. A medida que la marcha atravesaba localidades, el número de manifestantes iba aumentando. A su llegada al pozo de Hunosa ya eran alrededor de 3.000 personas, que se unieron a las que esperaban en las instalaciones. Encabezando los 15 kilómetros de marcha estuvo el líder del SOMA, José Ángel Fernández Villa. En la caminata también participaron los alcaldes de Langreo, San Martín y Sobrescobio (María Fernández, Enrique Fernández y Marcelino Martínez), mientras que en la concentración participaron diputados nacionales socialistas como Antonio Trevín y María Luisa Carcedo o el secretario general de UGT en Asturias, Justo Rodríguez Braga. El regidor lavianés, Adrián Barbón, tomó parte en un tramo de la marcha, hasta la hora en que tuvo que ir a casar a una pareja al Ayuntamiento.

Tras la caminata José Ángel Fernández Villa subrayó que los sindicatos están dispuestos «a negociar, somos flexibles, podemos ceder en cosas y hallar puntos de encuentro, pero lo que ofrecen es hipotecar el futuro de las Cuencas y acabar con la minería». El sindicalista puso como ejemplo de flexibilidad que «se puede hablar del dinero para infraestructuras, pero no se puede permitir dejar en cero euros el dinero en seguridad. ¿Qué se piensa el Ministro, que en la mina se toma el sol como él en Tenerife?». Villa reprochó al Ministerio del Interior y a la Delegación de Gobierno que «pretendan reprimir a golpes» las protestas, y los acusó de buscar que «no se conozca esta represión» al atacar también «a quienes cubren el conflicto», en referencia al fotoperiodista colaborador de LA NUEVA ESPAÑA José Ramón Silveira, que el jueves resultó herido en el pecho por el lanzamiento de una pelota de goma.

El momento más emotivo del acto llegó cuando, a través de una llamada telefónica, todos los asistentes pudieron escuchar a los mineros encerrados a 600 metros de profundidad en el pozo Candín. Los mineros aseveraron que «apreciamos mucho la fuerza que nos dais y los mensajes de apoyo. Queremos dejar claro que no somos terroristas, como nos llaman algunos, que solo luchamos por nuestros puestos de trabajo, porque queremos un futuro para nuestras familias e hijos». Los encerrados aseguraron además que «no saldremos si no hay una solución, no tenemos prisa. Nuestras familias están fuertes, y nosotros también lo estamos. De aquí no nos van a mover».