Pola de Lena,

David MONTAÑÉS

Los cinco detenidos durante el enfrentamiento que, el pasado viernes, mantuvieron en las inmediaciones del pozo Santiago (Aller) mineros y antidisturbios quedaron ayer en libertad con cargos tras prestar declaración en los juzgados de Pola de Lena. Se les imputa dos delitos, uno de desorden público y otro de atentado contra la autoridad. Los cinco afirmaron que participaron en las movilizaciones, pero que en ningún momento intervinieron en el violento choque con las fuerzas del orden. Según uno de los abogados de la defensa, se definieron como «meros espectadores».

Centenares de personas se desplazaron a la Pola para arropar a los acusados, defendiendo en todo momento su inocencia. La comparecencia en los detenidos en los juzgados de Lena, tras pasar dos noches en los calabozos, se desarrolló en un marcado clima de tensión. Centenares de amigos y vecinos, la mayoría llegados desde el concejo de Aller, se dieron cita en la Pola. En todo momento defendieron con vehemencia que los acusados no son culpables de los hechos que les imputan. Cuando llegaron a los juzgados, las fuerzas del orden tuvieron que abrir un pasillo para poder acceder a las instalación. En un momento dado, se amenazó incluso con suspender la comparecencia.

Los cinco detenidos permanecieron durante más de cuatro horas en los juzgados mientras en el exterior crecía la tensión. De los implicados, solamente hay un minero. Los otros cuatro son un jubilado, un estudiante, un trabajador del metal y un funcionario. Uno de los acusados afirmó que fue detenido por la Guardia Civil cuando regresaba a casa.

El enfrentamiento que el pasado viernes tuvo lugar en el pozo Santiago fue especialmente violento. Testigos presenciales afirman que uno de los encargados del pozo llegó a ser agredido por un grupo de piquetes. Por momentos, los mineros prácticamente se hicieron con el control de la explotación. La carga policial fue contundente, obligando a los manifestantes a escapar por la propia caña del pozo. Según pudo saber este diario, la propia dirección de Hunosa facilitó la evacuación de los mineros a través del pozo San Antonio, que se comunica interiormente con Santiago.