Pozo Candín / Pozo Santiago,

E. PELÁEZ / A. VELASCO

Los siete mineros encerrados en las explotaciones de Candín (Langreo) y Santiago (Aller) siguen en los pozos. Pese a que a última hora de la noche del viernes todo estaba preparado para que salieran a lo largo de la jornada de ayer, los propios trabajadores han decidido mantener el encierro en ambos centros de trabajo, donde centenares de personas volvieron a concentrarse ayer para mostrar su apoyo a la reivindicación. Pese al tesón de los mineros por prolongar el encierro, el SOMA-FITAG-UGT aseguró que, llegado el caso, se va a anteponer la salud de los trabajadores a cualquier otro factor. De hecho, en el pozo Santiago, el delegado sindical de la central llegó a asegurar que «llevamos 48 días de encierro y entendemos que para nosotros, esta forma de protestar está a punto de terminar».

En la tarde del viernes se planteó que los encerrados abandonaran las explotaciones. Incluso se barajaron horas. Los encerrados saldrían de Candín a las diez de la mañana para reunirse con los trabajadores de Santiago en la salida de estos últimos, dos horas después. Sin embargo, una reunión que duró hasta altas horas de la noche hizo que los planes se cancelasen, después de que los encerrados decidieran seguir adelante con la protesta.

En palabras del delegado sindical del SOMA-FITAG-UGT en Santiago, Gerardo Cienfuegos, «si no salen es porque no quieren». En su intervención ante las personas que había acudido a apoyar a los encerrados en Santiago, Cienfuegos aseguró que estos mineros «son un ejemplo de sacrificio de solidaridad». El responsable sindical esgrimió que «queremos que esto finalice, pero son ellos los que quieren permanecer en la protesta». En todo caso, aseguró que el sindicato antepondrá «como una prioridad el estado de salud físico y mental a cualquier otra reivindicación». «Con la familia, somos los que tenemos más ganas de verlos, pero tenemos que respetar la voluntad de los encerrados, que es que de momento no van a salir», proclamó. El motivo de mantener la protesta es que los mineros «entienden que la posición inmovilista de este Gobierno impide el abandono del encierro, y por tanto quieren seguir en el esfuerzo y en el sacrificio».

Previamente, Gerardo Cienfuegos aseguró que los mineros de Santiago «se encuentran bien de salud y de ánimo, y quieren mantener la protestas el tiempo que sea necesario y que la salud les permita». Precisamente hace unos días Cecilio Antuña, Héctor Berrouet, y Jorge Díaz aseguraban estar «al límite» de sus fuerzas, aunque reconocían que la dureza del conflicto y la posición inmovilista del Gobierno les daba «fuerzas para resistir». También les transmiten fuerzas las muestras de apoyo de las numerosas personas que volvieron ayer a acudir a la concentración de respaldo. A las doce de la mañana, la entrada del pozo estaba repleta de compañeros, vecinos y simpatizantes, que esperaban un abandono del encierro que finalmente no se produjo.

Una situación similar se produjo en el pozo Candín, donde el delegado sindical del SOMA-FITAG-UGT, Manuel Robles, elogió el «poder de sacrificio» de los cuatro encerrados, David García Fariza, José Abelardo Alonso Castro, Carlos Santos Artidiello y Darío Martínez Fernández. No obstante, Robles hizo hincapié en que «no pueden llegar a límites que les puedan dejar secuelas de por vida». Aunque la postura de los trabajadores es la de continuar a seiscientos metros de profundidad en la planta séptima del pozo, el sindicato les ha trasladado que «son muchos días y no queremos poner en peligro su salud». Los encerrados viven en un «ambiente de humedad grande», argumentó Robles, para añadir a continuación que «en el momento en que quieran abandonar los acompañaremos». Su acción de protesta es el «primer eslabón de otras acciones».